Este artículo se publicó hace 12 años.
Federico Franco afirma que no hubo golpe" sino el apoyo "unánime" de Paraguay
Con un "acá no hay golpe", el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, inició su primera jornada al frente de Paraguay convencido de contar con el apoyo "unánime" de su nación aunque le falte el reconocimiento de muchos vecinos.
En su primera rueda de prensa a medios internacionales, el mandatario admitió que su situación "no es fácil" y que "hay inconvenientes con la comunidad internacional", pero defendió la legalidad del "juicio político" que supuso ayer la destitución de Fernando Lugo y su toma del poder.
"Acá no hay golpe, no hay quiebre institucional. Es una situación legal que la Constitución y las leyes de mi país permiten para hacer un cambio cuando la situación se produce inviable", mantuvo.
Asunción y el país en general amanecieron tranquilos y, en cambio, el palacio presidencial era un hervidero de gente desde que, a primera hora de la mañana, Franco acudió a su despacho, donde recibió primeramente al nuncio apostólico, el italiano Eliseo Ariotti.
"Es un don de Dios pero también de los hombres y de los paraguayos el reconstruir", dijo el representante del Vaticano, que explicó que acudía a "honrar" a las nuevas autoridades e invitó a hacer lo propio al cuerpo diplomático.
Los Gobiernos de Perú y Cuba se sumaron hoy a los de Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela en el rechazo a reconocer al Gobierno de Franco por la premura con que el ex obispo Lugo fue destituido ayer en un proceso de apenas 30 horas.
Pero significativamente Brasil, el gigante vecino de Paraguay, y el Mercosur y la Unasur no han hecho ningún pronunciamiento oficial, aunque este último bloque intentó sin éxito mediar en la crisis paraguaya con el envío de una misión de cancilleres que hoy fueron abandonando el país.
Perú invitó a sus socios a una cumbre de emergencia de la Unasur la semana próxima, y el Mercosur la tiene prevista en la ciudad argentina de Mendoza los días 28 y 29 de este mes.
"La Unasur va a tomar su decisión (...) Primero tenemos que recibir la notificación (del bloque), los argumentos. Paraguay es un país soberano, libre e independiente. Sabemos de la situación de crisis, sabemos que los amigos de Unasur van a saber comprender la situación", abundó Franco.
"Yo estoy tranquilo", añadió, y precisó que su prioridad es ahora "organizar la casa" para contactar con los líderes vecinos "en su debido momento".
El nuevo mandatario aludió, como prueba de la legitimidad del cambio de poder, a la calma en las calles y el apoyo "unánime" que ha tenido en Paraguay, tanto de la Iglesia Católica, como de los gremios y los partidos políticos.
Sobre Mercosur, bloque en el que Paraguay tiene como socios a Brasil, Argentina y Uruguay, Franco mencionó que su Gobierno no ha recibido una "invitación clara" para ir a Mendoza y que no quiere "forzar la situación", pues su prioridad es elegir el Gabinete que tomará posesión el próximo lunes.
"Lo normal es que asistamos y la decisión es ir", dijo en rueda de prensa el nuevo ministro de Exteriores, José Fernández, según la agencia oficial IP, aunque un portavoz consultado por Efe admitió que "aún no" han recibido invitación.
De momento, el primer contacto con un Gobierno extranjero lo entabló hoy Franco con el ministro alemán de Cooperación, Dirk Niebel, que tenía una visita programada a Asunción y acudió al Palacio junto con una delegación de la Unión Industrial Paraguaya (UIP).
Para completar el día, acudió a misa a la Catedral de Asunción, donde fue recibido con vítores y aplausos por las 300 personas congregadas en su explanada para el acto "Juntos por la Paz y la Justicia", convocado días atrás en memoria de los 17 muertos durante un desalojo policial de "sin tierras" de la hacienda de un político en Curuguaty, tragedia detonante de la caída de Lugo.
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