La feria Biocultura apuesta por una "dieta sostenible" esta Navidad

Cenar esta Nochebuena entremeses de cerdo ibérico criado en dehesas ecológicas, disfrutar del salmón ahumado libre de aditivos o apreciar en los cavas y turrones las bondades de una producción natural, son las propuestas que la feria Biocultura propone para hacer de estas fechas unas "fiestas sostenibles".

El Pabellón de Cristal de la Casa de Campo acogerá, desde hoy y hasta el próximo domingo, todas las propuestas y novedades imaginables en el ámbito de la alimentación ecológica y el consumo responsable, repartidas en unos 3.500 metros cuadrados de superficie de stands.

Biocultura, que este año celebra su XXIII edición, mostrará nuevos patrones de consumo "más sanos" en unas fechas que se suelen caracterizar por los excesos alimentarios y el gasto desenfrenado.

Montserrat Escutia, coordinadora del departamento técnico de Vida Sana, ha explicado a Efe que "por un poco más de dinero" los consumidores pueden disfrutar, tanto en Navidad como el resto del año, de productos de mayor calidad y "con el convencimiento de que no están dañando el medio ambiente".

Carnes, pescados, vegetales, dulces, confituras...La alimentación sana ha superado, según Escutia, los estereotipos de "vegetarianos raros" y ofrece una amplia variedad de productos y precios para un sector más amplio de la población.

Con motivo de las cercanas celebraciones navideñas, Biocultura ha destacado la posibilidad de regalar a los niños "juguetes ecológicos", hechos con maderas nobles y pintados a mano con pinturas que no tengan agentes tóxicos.

También enfocado a concienciar a los más pequeños, Biocultura ha creado talleres de consumo responsable en los que los responsables aprenden a hacerse una merienda sana, por ejemplo.

"Los niños que se acercan cocinan sus propias barritas energéticas a base de cereales", ha afirmado Escutia.

La portavoz ha reconocido que los productos ecológicos son más caros que los del mercado habitual, pero, en su opinión, la alimentación sana y libre de fertilizantes (según estudios de la Unión Europea permanecen en la comida en un 4 por ciento de los casos) debería ser "una prioridad" para la población.