Este artículo se publicó hace 15 años.
Fernando Aramburu confía en que ETA "termine por implosión y se autodestruya"
El escritor Fernando Aramburu no cree que el final de la violencia en el País Vasco esté próximo, porque "aún quedan chispas que lo remueven todo", y su única esperanza es que la banda terrorista "termine por implosión, es decir, que se autodestruya".
Aramburu hacía hoy estas reflexiones ante un grupo de periodistas, minutos antes de recibir el Premio Real Academia Española por su libro "Los peces de la amargura", un conjunto de relatos nacidos del dolor sufrido por las víctimas del terrorismo, con los que el autor quiso responder "sin medias tintas" a los interrogantes que le planteaba la realidad del País Vasco.
La entrega del premio, que la Academia le concedió el pasado 18 de octubre, formó parte de la celebración del Día de la Fundación Pro Real Academia Española, a la que asisten representantes de Comunidades Autónomas, empresas, bancos e instituciones que, con sus aportaciones económicas, contribuyen a la realización de los proyectos de esta institución.
Aramburu, que reside en Alemania desde hace 24 años, acogió este premio "con euforia", cuando se enteró de él, y luego "con alegría serena y una honra muy grande".
Aunque, en su opinión, no cabe duda de que ETA "está debilitada", no lo están, sin embargo, "las mentes que defienden esa estrategia violenta".
"Por eso la palabra esperanza es engañosa" y, además, porque ETA "no es un grupo de gente, sino un mecanismo al que cualquiera se puede incorporar. Lo importante es generar disidencia dentro de ese mecanismo", decía hoy el escritor vasco a los periodistas.
Al agradecer el Premio de la RAE, y ante varios centenares de asistentes, Aramburu afirmó que "Los peces de la amargura" nació de su voluntad de "dejar un testimonio literario sobre un dolor y un desacuerdo personales".
Un dolor que estaba asociado a su "compasión solidaria por las víctimas del terrorismo de ETA", y un desacuerdo que consistía sobre todo en "la repulsión sin paliativos" que provoca en él "todo género de violencia".
Los cuentos que componen el libro premiado fueron escritos "contra los hombres que infieren sufrimientos a otros hombres y contra quienes aplauden sus acciones criminales o las justifican", dijo Aramburu.
Esos relatos fueron escritos también "sin odio contra las formas verbales destinadas a propalar el odio, alimento básico del terrorista", y "contra el olvido".
"Los peces de la amargura" es un libro "a favor del arte de la palabra" y "a favor de la dignidad de las víctimas de ETA", añadió el premiado, que no escribió esos cuentos desde "una posición de equidistancia entre víctimas y agresores".
"No existe para mí equidistancia posible, ni ideológica, ni emocional, cuando hay un cuerpo abatido a balazos en la calle, o un ciudadano es amenazado o extorsionado", señaló el escritor.
El próximo libro de Aramburu será muy distinto a "Los peces de la amargura". Se llamará "Viaje con Clara por Alemania" y en sus páginas pretende "dar las gracias a ese país", que lo ha tratado siempre "muy bien". Saldrá en 2010 y el autor no sabe aún si será "una novela, porque no tiene trama".
Tras las palabras que pronunciaron el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, y el gobernador del Banco de España y presidente de la Fundación pro RAE, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, la historiadora y académica Carmen Iglesias disertó sobre "Cuentos infantiles, populares. Entre la imaginación y la historia".
Iglesias dijo que en el siglo XX se han interpretado los cuentos populares "como si no tuvieran historia", siguiendo la estela del psicoanálisis freudiano.
Pero en esos relatos "no se oculta la existencia de un mundo cruel, azaroso, arbitrario, peligroso", y hay en ellos "toda una visión del mundo y una estrategia para sobrevivir", aseguró Iglesias.
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