Este artículo se publicó hace 16 años.
Ferrer, Ferrero y Verdasco, a todo tren
Como si la vida les fuera en ello, David Ferrer, Juan Carlos Ferrero y Fernando Verdasco actuaron por la vía rápida, eludieron los 31 grados de máxima en el Abierto de Australia y se clasificaron para la segunda ronda.
La cuestión era soportar el menos tiempo posible en pista y ganar cuanto antes en el primer día de calor del torneo. Y los tres fueron los más expeditivos. Ferrer solo concedió cinco juegos ante el francés Edouard Roger Vasselin (6-2, 6-2 y 6-1), Ferrero hizo lo propio ante el alemán Nicolas Kiefer (6-4, 6-3 y 6-1) y Verdasco, aunque no salió del todo contento, destrozó al francés Thierry Ascione (6-4, 6-0 y 6-3).
A estas victorias hay que añadir las de Oscar Hernández sobre el checo Ivo Minar (1-6, 7-6, 6-2 y 6-1) y la de Virginia Ruano, que a pesar de un importante catarro, con fiebre incluida, fue capaz de deshacerse de la italiana Roberta Vinci (6-4 y 6-4).
Lourdes Domínguez dispuso de cuatro puntos de partido para ganar a la eslovena Katarina Srebotnik pero al final sucumbió (6-4, 0-6 y 9-7). Tampoco sobrevivieron Nicolás Almagro, 27 cabeza de serie, ante el croata Marin Cilic (7-6, 7-5 y 6-2), Albert Montañés, contra el austríaco Alun Jones (6-4, 6-3, 3-6 y 6-2) y Santiago Ventura ante el argentino Juan Martín del Potro (6-3, 6-1 y 6-3).
En resumen, cinco victorias y cuatro derrotas hoy, y de los 16 españoles que comenzaron el torneo se mantienen diez tras la primera criba, ocho en el masculino y dos en el femenino, un buen arranque.
Entre los supervivientes, salvo sorpresa, se atisban deseos y esperanzas de que aún pueden hacer algo mejor. Verdasco, por ejemplo, ya está mirando su tercera ronda sin haber ganado aún al serbio Janko Tipsarevic, porque le encantaría un duelo contra el suizo Roger Federer en los dieciseisavos.
Ferrer está confiado porque sigue con el buen juego del 2007 que le llevó a la final de la Copa Masters y a acabar entre los cinco mejores del mundo, y confía en superar a Del Potro, y Ferrero parece haber recuperado su ansia de victorias y salvo que Jones jugase un gran partido, debe llegar a la confrontación con el argentino David Nalbandian.
Mientras hay otros jugadores que disfrutan tanto dentro como fuera de la pista. Es el caso del serbio Novak Djokovic, tercer favorito, que tras deshacerse del alemán Benjamin Becker (6-2, 7-6 y 6-0), el jugador que despidió al estadounidense Andre Agassi en cuarta ronda del Abierto de Estados Unidos del 2006, fue implorado por el comentarista del torneo para que al igual que hizo el pasado año durante el Abierto de EE.UU.,imágenes visionadas hasta la saciedad en Youtube, deleitase al público de la Rod Laver Arena con una de sus famosas imitaciones sobre jugadores.
Djokovic se resistió un poco pero al final concedió el deseo e imitó a Maria Sharapova al servicio, colocándose el pelo y sus pendientes, antes de realizar el saque, lo que provocó la hilaridad y la complacencia de los aficionados que le premiaron con un sonoro aplauso. "No quiero ofender a nadie", dijo, "pero a María no le importa, está bien".
Con mayor seriedad, la misma con la que acabó el pasado año de forma magnífica ganando los Masters Series de Madrid y París Bercy, el argentino David Nalbandian demostró que los espasmos musculares que le impidieron participar en el torneo de Kooyong son historia al ganar al australiano Robert Smeets por 6-1, 6-1 y 7-6 (3). Tampoco concedió demasiadas alegría el australiano Lleyton Hewitt, el más indicado para acabar con la sequía de su país en este torneo (1976), finalista en 2005, que venció al belga Steve Darcis, por 6-0, 6-3 y 6-0.
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