Este artículo se publicó hace 15 años.
Un festival de "ideas y no de trasnochados protocolos" que es "espléndido"
La VI edición del Festival de Cine Africano de Tarifa, que hoy conmemora el Día de África, destaca porque es de "ideas y no de trasnochados protocolos", según el fotógrafo Pablo Juliá, mientras que le parece "espléndido" al director del Instituto de la Cinematografía, Ignasi Guardans.
Opiniones similares se pueden extraer entre los 25 voluntarios de varias nacionalidades que participan en el certamen, los visitantes que acuden a Tarifa para ver películas imposibles de encontrar en España o por profesionales que llegan a la localidad gaditana para ampliar conocimientos cinéfilos.
Un rasgo común de todas esas personas es la ausencia de etiquetas y de corbatas en las recepciones y en actos oficiales, que reúnen a una amplia muestra de razas, con blancos europeos variados entre rubios y morenos, y negros también muy distintos entre sí.
Además de las 126 películas, casi todas de estreno en España, en el festival hay exposiciones de fotos de gran formato en las calles, plazas y en el mercado de abastos y en algunos recintos expositivos, como la antigua Cárcel Real, es posible encontrar a Guardans viendo un vídeo de arte contemporáneo africano tumbado en la alfombra con cojines que ofrece la organización.
Guardans, tras ver las obras y pasear por las callejuelas de Tarifa, se ha comprometido a hacer gestiones con el Ministerio de Asuntos Exteriores para ampliar en España la distribución del cine africano y ayudar al desarrollo económico de esos países a través de la exportación cultural, algo que asegura que ya se hace en Europa, según ha dicho a Efe.
"Las ayudas al desarrollo consisten no sólo en la construcción de hospitales o en facilitar agua potable", ha enfatizado el ex eurodiputado de CIU Guardans, que ha considerado "espléndido" el festival tarifeño por las "magníficas" películas que ha podido ver el fin de semana, entre ellas una de Sudáfrica y otra de Argelia, o la retrospectiva del senegalés Djibril Diop Mambéty.
El director del Centro Andaluz de Fotografía, Pablo Juliá, por su parte, no puede ocultar su "apasionamiento" por este festival cuando explica sus deliberaciones como miembro del jurado del segundo certamen "Photoafrica", este año dedicado a las fronteras y que recibió más de doscientas imágenes de veinte países.
"Este festival nos apasiona -dijo Juliá en referencia al jurado del premio fotográfico- porque está basado en ideas y no en protocolos trasnochados", es un certamen "solidario" en el que "nos sentimos enormemente implicados", ha resaltado.
Voluntarios como el donostiarra Ramuntcho Robles, que trabaja como profesional en el festival de San Sebastián, se congratula de que el de Tarifa "no está sometido a la tiranía de las productoras" y de que tenga "un aire más familiar y como a la antigua", según dijo a Efe.
Este voluntario, tras calificar de "festival ONG" al certamen tarifeño, destaca la virtud que supone contar con "colaboradores muy cinéfilos" dispuestos a aprender del cine africano a la vez que ayudan a facilitar su introducción en España.
Otras particularidades que ofrece este certamen, además de las estrictamente relacionadas con el cine, son que en la actuación de un grupo de música africano en un pub se incluye como número especial que uno de los músicos prende fuego en maderas situadas encima de su barriga y fríe un huevo.
También se destaca la participación de más de 900 escolares de Tarifa y de otras localidades andaluzas, que conocerán a menores inmigrantes que residen en Algeciras, algunos llegados a la localidad gaditana en los bajos de camiones.
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