Este artículo se publicó hace 16 años.
Firmado el convenio que prevé la conducción que podrá llevar agua desde El Prat a Tarragona
El Ministerio de Medio Ambiente y la Generalitat de Cataluña han firmado hoy un convenio para desarrollar la conducción de agua a Barcelona, que establece la reversibilidad de la infraestructura para poder llevar agua en un futuro desde la planta desalinizadora de El Prat al Camp de Tarragona.
La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y el consejero de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña, Francesc Baltasar, han suscrito el convenio para el desarrollo de la infraestructura de conducción entre el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y el Sistema Ter-Llobregat.
Se trata de una tubería que, preferentemente, discurrirá por la AP-7, que se hará con carácter de urgencia y será de titularidad pública, ha explicado el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, en una comparecencia ante los medios.
El convenio establece la creación hoy mismo de una comisión mixta de seguimiento, que dará "los primeros pasos" para la declaración de emergencia y la adjudicación de las obras con el objetivo de cumplir los plazos.
La comisión de seguimiento designará la empresa o empresas adjudicatarias, verificará que la Generalitat rinda periódicamente cuentas de la evolución de las obras y establecerá las condiciones de la reversibilidad de la conducción, que suministrará agua de boca a Barcelona y su área metropolitana.
El consejero ha matizado que la conexión será reversible para que en otros episodios de sequía pueda suministrar agua del Ter-Llobregat y de las cuencas internas de Cataluña a zonas con déficit como puede ser el Camp de Tarragona y también desde la futura desalinizadora de El Prat, cuya finalización está prevista en mayo de 2009.
El secretario de Estado ha incidido también en la bidireccionalidad de la infraestructura, ya que "todos somos conscientes de la fragilidad de río Ebro", que sufre también los efectos del cambio climático y tiene problemas de regresión y de salinización.
"Por tanto, ir a máximos de utilización en toda la cuenca del Ebro podría poner en peligro el área natural" de este río, ha dicho.
Puxeu ha recordado también que se ha llegado a un acuerdo con la mayor parte de usuarios y regantes de la cuenca del Ebro para que se reduzca durante el periodo de utilización del canal del CAT la capacidad de riego y de consumo.
Ha incidido en que el Real Decreto establece limitación en el tiempo y en la aportación (menos de 4 metros cúbicos por segundo y un máximo de 50 hectómetros) y "total transparencia en la utilización de estas situaciones de emergencia", ya que para hacerla reversible debería aprobarse otro Real Decreto.
Según el convenio, la dirección de las obras y las expropiaciones corresponderán a la Generalitat, tras ser adjudicadas por el Estado.
Una vez finalizadas, el Ministerio cederá su uso temporal al Gobierno autonómico para su explotación.
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