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El Fiscal pide 18 años para la etarra que intento atentar contra un coche policial en Barcelona

EFE

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pedirá 18 años de prisión para la etarra Dolores López Resina, que con otros cuatro miembros de la banda, ya condenados por estos hechos, intentó atentar contra una patrulla policial en Barcelona en el verano de 1993.

La fiscal de la causa, Dolores Delgado, considera en sus conclusiones provisionales que la procesada es responsable de un delito de atentado en grado de tentativa contra miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y, además de los 18 años de cárcel, solicita la prohibición de acercarse al lugar en seis años.

Según su escrito, los miembros del comando Felipe San Epifanio, José Gabriel Zabala, Gonzalo Rodríguez Cordero y Gregorio Vicario Setién, junto con Dolores López, recibieron la orden desde Francia de atentar contra un coche patrulla de la Policía Nacional que diariamente pasaba sobre las 21.00 horas por la calle barcelonesa de Vila Villa, en las proximidades del monumento de Colón.

Para realizar este atentado robaron un vehículo en San Sebastián el 11 de junio de 1993 en el que introdujeron dos ollas que contenían 40 kilos de amosal, ocho de amerital, seis metros de cordón detonante, 40 kilos de tornillería, tres detonadores eléctricos y un temporizador.

Dos meses después se trasladaron a Barcelona en este automóvil y en otro, que condujeron Rodríguez Cordero y Zabala, y una vez allí el coche con la carga explosiva fue recogido por los otros tres miembros del comando, mientras que ellos regresaron al País Vasco.

La primera intentona de llevar a cabo el atentado fue el 14 de agosto de 1993 cuando llegaron a situar el coche-bomba en el lugar acordado y Vicario Setién quedó encargado de activarlo al paso del vehículo policial, lo que finalmente no hizo porque "los nervios" se lo impidieron.

Al día siguiente volvieron a repetir la operación y en esta ocasión fueron San Epifanio y Dolores López los encargados de accionar el coche-bomba, un atentado que abortaron al observar a una patrulla de la Guardia Urbana por la zona.

Ante el riesgo de ser detenidos abandonaron el lugar y dejaron el automóvil con el explosivo dentro.

Minutos más tarde una llamada en nombre de ETA a los diarios Egin y La Vanguardia avisaron de la colocación del coche-bomba, que fue neutralizado por el Grupo de Desactivación de Explosivos.

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