Este artículo se publicó hace 16 años.
El flamenco triunfó en el Gran Teatro Nacional de Pekín con María Pagés
Tonás, tientos y bulerías en vivo llegaron hoy y por primera vez al Gran Teatro Nacional de China que, atestado, recibió el primer espectáculo flamenco que se ha celebrado en este recién inaugurado recinto: "Sevilla", de la bailaora y coreógrafa María Pagés.
Con cinco minutos de aplausos y acompañados de gritos de "bravo", intentó el público, entre quien se encontraba el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, agradecer las emociones brindadas por una noche mágica.
Desde los primeros compases del estremecedor vals del compositor ruso Dimitri Shostakovich, con que se levantó el telón, los 2.400 espectadores que abarrotaron la sala de la ópera del conocido popularmente como "El Huevo" se dejaron embaucar por las vibraciones del flamenco en estado puro.
Las coreografías muy aplaudidas de las saetas, la feria de Sevilla o la Maestranza, entre otras, dieron paso a la que más sorprendió al público chino: la que tuvo lugar en la oscuridad, en la que solamente se podía ver el taconeo de los zapatos fluorescentes.
El negro fue también el color del elegante vestido de calle escogido por María Pagés para comenzar su espectáculo, que a medida que avanzaba fue cambiando por batas de cola, fundamentalmente rojas y una impresionante con la que representó alternativamente al torero y al toro en la Maestranza.
Evocadoras y gigantescas fotografías de monumentos como la Giralda de Sevilla o la Mezquita de Córdoba hicieron al público percibir el olor de los naranjos y la luz del atardecer.
No faltaron un homenaje al tango "Volver", de Carlos Gardel, a la música de Joan Manuel Serrat, con el tema "La Saeta", o a la "Carmen", de Bizet.
"No hace falta entender, el flamenco va directo a tocar, a emocionar, de forma muy simple y directa", explicó la bailaora, cuyo espectáculo estuvo organizado por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX) como uno de los broches de los actos organizados con motivo del Año de España en China.
Poemas del portugués José Saramago y de los españoles Federico García Lorca o Antonio Machado ilustraron el abanico de palos flamencos desplegado por los 16 bailaores: 8 hombres y 8 mujeres (número de la suerte en China) y 6 músicos en este espectáculo.
María Pagés, que comenzó a bailar a la edad de los 4 años, cosechó sus primeros éxitos en la compañía del legendario Antonio Gades y recibió el Premio Nacional de Danza en 2002.
"El requisito (en la compañía) para entrar es tener un nivel alto de flamenco. Hay gente que lleva conmigo ya nueve años, siempre hay una renovación, pero al mismo tiempo siempre hay también veteranos", explicó a Efe la bailaora.
Con dos funciones, hoy y mañana, para las que se colgó el cartel de "no hay billetes", el espectáculo se apoya, como es habitual en la figura de la bailaora, en un guión musical compuesto por piezas originales y adaptadas y siempre con insólitas apariciones como el "Azul", de Domenico Modugno, que fue inmortalizado por los "Gipsy Kings".
Un juego de luces y de telones y gasas pintadas sitúan las escenas de "Sevilla" en un patio de El Alcázar o en las calles de Sevilla, de día o de noche, en un conjunto que emana todo el poderío del arte jondo.
"El flamenco es un todo. Hay que lograr armonía y equilibrio para que todo destaque en general y no una cosa más que la otra", apuntó la bailaora, que visita la capital china por segunda vez tras su actuación en el auditorio de la Universidad de Pekín en 2004.
Sobre la opinión de algunos flamencólogos que consideran que el flamenco se vende mejor fuera que dentro de España, Pagés lo tiene muy claro.
"Yo creo que no. Es cuestión de espacio, el mundo es más grande que España, por eso hay un mercado más grande. Hemos estado en el Teatro de La Zarzuela, en La Maestranza, no paramos. No creo que sea verdad que es más fácil vender fuera. Hay más oportunidades porque el mercado es más grande, nada más", señaló.
Tras su actuación en Pekín, la bailaora ha sido invitada a llevar este espectáculo los días 14 y 15 de abril a la ciudad de Ningbo, que está emplazada en la provincia de Zhejiang y es uno de los principales centros de origen de los emigrantes chinos que llegan a España.
No será sin duda el último espectáculo de flamenco que reciba el Gran Teatro, que cuenta con capacidad para 6.500 espectadores en tres salas: la ópera, el teatro y el auditorio, y exhibe una cúpula de cristal y titanio que destaca cerca de la Plaza de Tiananmen y está rodeado de un lago artificial.
Asimismo, Pagés, estos días ha realizado una visita al mítico templo de los monjes shaolin, cuna de la rama de las artes marciales kung-fu.
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