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El FMI alerta contra los ajustes y pide que el objetivo sea crecer

Lagarde ve riesgo de que España caiga en una 'crisis de solvencia' si Europa no crea un cortafuegos a la crisis

ANA FLORES / DANIEL BASTEIRO

Una Europa a punto de caer en una espiral recesiva que arrastre a todo el planeta. Una crisis de deuda soberana que ha creado un círculo vicioso con la banca. Países como España o Italia enfrentados al riesgo de entrar en una crisis de solvencia. Parecía difícil decidirse ayer por la noticia más alarmante de las que fue desgranando desde Berlín la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Ella misma despejó la duda. Lo más grave es que los políticos 'saben lo que hay que hacer', según Lagarde. Pero 'el mundo necesita que los políticos quieran hacer lo que se sabe que se tiene que hacer' para que 'haya salida'.

Los europeos están corriendo en dirección contraria a la luz que se empezó a ver al final del túnel en la primera mitad de 2011, 'el año en que todo lo que podía ir mal fue mal', según Lagarde, la dirigente que encendió la nueva bomba en el seno del sistema financiero europeo al alertar de su mala salud nada más llegar al FMI. En ese contexto, que secó el grifo del crédito afectando a la inversión privada y al consumo, los países se han puesto con tal denuedo a recortar el gasto público que no es que hayan frenado sus economías, han provocado que caigan otra vez.

Se acabó, pidió ayer La-garde. Europa tiene que centrarse en recuperar la senda de 'fuerte crecimiento'. Los 'recortes presupuestarios no hacen más que aumentar el riesgo de recesión', recordó. Y aunque 'algunos países no tienen alternativa y deben ajustar el gasto profunda y rápidamente, eso no vale para todos'.

Un escalofrío debió recorrer la espalda de la canciller alemana, Angela Merkel. El FMI en su casa afeándole que, en lugar de comportarse como la locomotora de Europa, se haya puesto a ser el que más recorta, logrando un déficit en 2011 del 1% cuando el límite es del 3%. Rentable le está saliendo la situación a los germanos, que han logrado incluso que los inversores les paguen dinero por hacerse con su deuda.

No fue el último tirón de orejas del FMI que se llevó ayer Alemania. Aunque hay un buen número de países 'en los que el ajuste fiscal puede ser mucho más gradual', aseguró Lagarde antes de recordar, por si hacía falta, lo que pasa cuando las economías caen: bajan los ingresos fiscales por la menor actividad y suben los gastos porque aumenta el desempleo. Es normal. Se llaman 'estabilizadores automáticos', recordó, y 'hay que dejarlos operar'.

El FMI cree que si no se actúa se puede volver al colapso de los años treinta

En su segunda prioridad para salir de esta situación, la de crear un cortafuegos que evite más contagios de la crisis de deuda soberana, la directora gerente del FMI pidió que se dote lo antes posible al fondo de rescate permanente (el ESM en sus siglas en inglés) así como acciones del BCE no sólo para proveer de la liquidez a la banca sino 'a los mercados de deuda soberana'.

Por si Berlín no se hace idea de la urgencia, sin ese cortafuegos 'países como Italia y España, que son capaces de hacer frente a sus deudas, podrían caer en una crisis de solvencia provocada por unos costes de financiación excesivos', aseguró Lagarde. Eso 'tendría implicaciones desastrosas para la estabilidad sistémica'.

La tercera prioridad, una mayor integración en la zona del euro, citó otro de los fantasmas de Alemania: los eurobonos o una fórmula similar 'para compartir el riesgo, que permita un soporte común antes de que un desajuste económico de un país se convierta en una crisis fiscal y financiera para toda la zona del euro'.

Lagarde lo tiene claro: 'Cuanto más se tarde' en tomar estas medidas 'será peor'. 'Este es el momento. No se trata de salvar un país o una región. Se trata de salvar al mundo de una espiral de caída de la economía. Se trata de evitar la vuelta a lo que ocurrió en la década de 1930, cuando la inacción, el individualismo y la rigidez ideológica combinados provocaron un colapso global de la demanda'. El FMI va a prepararse para ayudar dotándose con una capacidad total de préstamo de un billón de dólares en los próximos años, confirmó Lagarde, para lo que pedirá fondos adicionales por 500.000 millones de los que buena parte saldrán de Europa.

En Bruselas, los ministros de Economía de la zona del euro respondieron divididos al llamamiento del FMI de reforzar el fondo de rescate europeo. Los más reticentes, encabezados por Alemania, alejaron la posibilidad. 'Si estamos hablando de más dinero de los presupuestos nacionales, entonces no. Provocaría graves dificultades en los parlamentos', en palabras de Maria Fetker, la titular austriaca. Previamente, la canciller alemana lo había rechazado en una comparecencia pública. 'No creo que sea correcto hacer primero una cosa nueva y luego otra, hagamos que funcione el Mecanismo Europeo de Estabilidad', pidió la canciller. El fondo todavía no ha entrado en vigor, pero cuenta con una capacidad de 500.000 millones que se sumarán a los aproximadamente 250.000 que le restan al que ya está en vigor.

El Fondo arremete desde Berlín contra la actitud del Gobierno de Merkel

Otros gobiernos, especialmente los de países más acosados por la especulación, están a favor de la ampliación como único método de disuasión posible. Algunas fuentes aseguran que, pese al rechazo público de Merkel, Alemania podría ver el refuerzo como inevitable. 'Alemania no puede reconocerlo todavía', aseguró ayer un diplomático europeo al corriente de las negociaciones. 'Tanto Merkel como el BCE necesitan primero ver que el pacto fiscal se pone en marcha, que los países se comprometen con la reducción del déficit. Sólo después Merkel podría presentarse ante su parlamento y justificar como inevitable un aumento del fondo', señalaron.

El pacto fiscal, un tratado intergubernamental que exige una drástica austeridad, fue junto con Grecia protagonista de la reunión de anoche. Los elementos que quedan por cerrar 'son menores', según fuentes diplomáticas españolas. Entre ellos están el poder sancionador del Tribunal de Justicia, encargado de supervisar que los gobiernos introducen en su legislación primaria un tope al déficit como el acordado en agosto por el PP y el PSOE.

Los socios de la UE, a excepción del autoexcluido Reino Unido, pretenden zanjar la redacción del tratado en la cumbre que celebrarán el lunes que viene y que sobre el papel también versa sobre el crecimiento y el empleo.

Sin embargo, Grecia monopolizará con muchas probabilidades el cónclave, ya que la banca internacional y el Gobierno heleno todavía no han llegado a un acuerdo sobre la reestructuración de la deuda. El comisario comunitario de Economía, Olli Rehn, aseguró que el acuerdo llegará 'pronto' y fuentes diplomáticas confían en que se adelante a la cumbre del próximo lunes.

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