Este artículo se publicó hace 15 años.
Los franceses dan la espalda al debate del cambio de la UE
La desmovilización del electorado augura una elevada abstención en Francia
El debate sobre la orientación de la construcción europea apasionó a los franceses en 2005 y los movilizó en masa para un referéndum que se saldó con un No aplastante al proyecto de Constitución, juzgada ultraliberal. Ahora, poco o nada queda de aquel debate con las cartas sobre la mesa. Al término de una campaña insípida, la mayoría de los franceses se apresta a marcharse a la playa o al campo el 7 de junio.
Las cifras hablan por sí solas. Según todos los sondeos, la participación no superará el 48%. Es decir, que menos de uno de cada dos inscritos en las listas electorales hará el esfuerzo de ir hasta las urnas.
Es una participación prevista bajísima, que contrasta con lo ocurrido en mayo de 2005. Entonces, un 69,4% de los franceses votaron en el referéndum, cuyo ambiente estuvo muy caldeado. Caliente por una campaña sorprendentemente racional, que radiografió la directiva Bolkenstein (una norma que autorizaba a pagar sueldos eslovacos en París o Madrid), analizó qué había detrás de la noción "competencia libre y no falseada", y escrutó cuál era la diferencia entre proclamar la inviolabilidad de los servicios públicos y disolverlos en la noción de "servicios de interés económico general".
Ahora, todos esos temas, así como el proyecto de Tratado de Lisboa, han vuelto a pasar tras un tupido velo, político y mediático. Y Europa vuelve a aburrir a los franceses.
Para lograr esa desmovilización en el país que fue motor, y fundador del proyecto de Europa como potencia opuesto a los planes anglonorteamericanos de una simple área de librecambio, han hecho falta la inteligencia y las mejores artimañas de algunos políticos.
Ségolène Royal y Martine Aubry han liderado la campaña por el Partido Socialista (PS) y Nicolas Sarkozy, por los conservadores de la UMP. Lo curioso es que ninguno de ellos es candidato a la Eurocámara. Más extraño aún: todos han apostado por una campaña flash, sin temas de fondo.
La UMP de Sarkozy recaba entre el 25% y el 29% de apoyo en los sondeos"Cambiar Europa ahora", ha sido el vacuo lema del PS. Para los socialistas, ésta ha sido una campaña dolorosa y por doble razón.
Los herederos de François Mitterrand no han conseguido frenar el ascenso del Frente de Izquierda y del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), partidarios de la ruptura con el "dirigismo liberal" de Bruselas. Tampoco han conseguido contener el empuje del centro antisarkozysta de François Bayrou.
La de Sarkozy ha sido una campaña flash. Con el lema "Una Europa que protege", el líder de los conservadores ha buscado colocar a su persona, a su partido y a las estructuras de la UE como una Santísima Trinidad unida en la tutela y defensa de unos franceses que él imagina frágiles y temerosos.
Caída de los dos grandesUna constante en todos los sondeos apunta a que los dos partidos mayoritarios en Bruselas van a recoger resultados catastróficos el domingo. La UMP capitaliza entre el 25% y el 29% de intenciones y el PS entre el 19% y el 22%. Eso quiere decir que juntos reúnen en torno a su consenso sólo la mitad de quienes vayan a votar, ya de por sí escasos.
Los conservadores han intentado manipular el voto de la izquierdaEn el lapso de esta breve campaña, el Sarkozy peleón de 2007 ha estado desaparecido. Ni rastro del hombre que denunciaba a "esos países que utilizan fondos europeos para crear un dumping fiscal y llevarse nuestras fábricas".
El dispositivo de Sarkozy se cerró con su intento de manipular el voto de izquierda. Después de poner bajo los focos de la televisión TF1 al líder trotskista Olivier Besancenot, con la intención de restar votos a los socialistas, el Elíseo encontró otro juguete.
Un viejo humorista de raza negra que en su día fue muy conocido en Francia entre los jóvenes de barrios populares, Dieudonné MBala MBala, ha degenerado hacia el antisemitismo y ha cerrado una alianza con negacionistas clásicos de la Shoah, de corte filonazi. Juntos, presentan una candidatura bautizada Lista Antisionista que puede atraer a parte de los más de dos millones de electores musulmanes en Francia.
Cuando era perfectamente desconocida, hace tres semanas, el Elíseo le dio un primer impulso publicitario a esa candidatura de Dieudonné, por boca del mano derecha de Sarkozy, Claude Guéant. Hace unos días, llegó el segundo impulso, cuando la Policía organizó en París un show con escolta y sirenas policiales incluidas, en el momento del depósito de la Lista Antisionista, en el Ministerio de Interior.
La derecha intenta así restar votos musulmanes a las dos fuerzas que quieren llevar el combate propalestino al Parlamento Europeo, el NPA y el Frente de Izquierdas. La lucha contra la agresión militar israelí es una causa muy popular en la Francia joven y mestiza, una de las claves de toda victoria en este país, por su peso demográfico.
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