El Estado francés recaudará fondos por 35.000 millones de euros en los próximos meses con los que financiar inversiones estratégicas que impulsen la competitividad del país a largo plazo, priorizando la educación y la investigación.

En una rueda de prensa, el presidente Nicolas Sarkozy desestimó las críticas que afirman que Francia está asumiendo demasiada deuda y aseguró que van a controlar el gasto y afrontar la caída en los ingresos de la Seguridad Social.

Sarkozy agregó que el dinero es necesario para modernizar las universidades, promover la formación e impulsar sectores estratégicos como el transporte, las energías renovables y las pymes innovadoras.

"Nuestro objetivo es simple. Queremos las mejores universidades del mundo. Eso se refiere a la autonomía y los medios financieros", manifestó en una conferencia de prensa convocada para anunciar el lanzamiento del proyecto, que se ha convertido en la cuestión central de su política económica.

lejos de los 10.000 millones que habían mencionado los medios hace unos meses - se recaudarán en los mercados financieros, y otros 13.000 millones se obtendrán de la devolución que harán los bancos de la ayuda estatal que recibieron en medio de la crisis global.

Sarkozy precisó que el sector privado aportaría otros 23.000 millones de euros para ayudar a financiar una serie de proyectos que van desde la inversión en la economía digital a la creación de centros educativos de excelencia.

"Sufrimos una dispersión de esfuerzos, y demasiado frecuentemente, de muros entre la investigación y la economía. Por lo tanto, debemos desarrollar equipos de investigación, impulsar la competitividad e incrementar los esfuerzos en biotecnología y nanotecnología", afirmó Sarkozy.

El presidente prometió que los intereses sobre el préstamo provendrían de ahorros en el gasto público y reiteró que no subiría los impuestos para intentar poner bajo control las cuentas del país.

La deuda de Francia subirá desde el 77,1 por ciento del Producto Interior Bruto actual a un récord del 91 por ciento en 2013, mientras que el déficit fiscal superaría el ocho por ciento tanto este año como el próximo.

Reconociendo la preocupación por la creciente deuda del país, Sarkozy dijo que quería un debate sobre la posible introducción de una ley que obligaría a los futuros gobiernos a reducir los déficits presupuestarios.