Este artículo se publicó hace 15 años.
Fray Ramón Pané muestra al mundo la cultura taína
Los relatos de fray Ramón Pané y sus crónicas sobre la incursión española en América han servido para mostrar al mundo el universo de la cultura taína, exhibido ahora en el Museo de América de Madrid a través de 55 piezas que ayudan a entender las creencias y costumbres de este peculiar pueblo.
La estancia entre los indios durante el segundo viaje de Cristóbal Colón a América le sirvió a fray Ramón Pané para conocer en profundidad la cultura taína, así como su lengua y la de los macoríes, conocimientos que transmitió por escrito a los Reyes Católicos a su vuelta y que legó para la posteridad.
Los taínos, originarios del Orinoco, vivían en la región del Caribe, en las Antillas Mayores, Cuba, República Dominicana (la antigua Española), Jamaica y Puerto Rico, y "El Caribe precolombino" ayuda a reconstruir su pasado gracias a los objetos rituales y también los de uso cotidiano que fueron descubiertos, en su mayoría, en las cuevas que los taínos utilizaban para esconderlos.
Entre las piezas que alberga la exposición se encuentran manos de mortero, hachas, vasijas, esculturas de figuras animales o humanas, procedentes de la mitología taína, y arcos líticos, que pudieron ser usados por los caciques locales en ceremonias o celebraciones solemnes.
La muestra recoge también alguna figura que representa a los pájaros, muy presente en la cultura de este pueblo prehispánico, que consideraba a este animal como el auténtico creador de la mujer, al tallar con sus picos la vulva femenina en los troncos del guayacán, un árbol endémico de la región caribeña.
El antropólogo y arqueólogo Colin McEwan, comisario de la exposición junto con Ana Casas, ensalzó la figura "poco conocida" del monje jerónimo del monasterio de Sant Jeroni de Murtra, en Badalona (Barcelona) fray Ramón Pané, y su colaboración para "el encuentro entre dos mundos".
McEwan destacó la representación animal de los taíno en los objetos de uso ritual y la ceremonia de la cohoba, en la que se inhalaban alucinógenos par atraer a los seres sobrenaturales y preservar el equilibrio social manteniendo la armonía del entorno, como muestran las expresiones de algunas de las piezas animales de la exposición.
El pueblo taíno, según este antropólogo, contaba con mujeres caciques, gran competencia entre las distintas jefaturas, y una interacción continua entre las islas, aunque la llegada de los europeos causó un "gran impacto" en la población indígena, en la que las nuevas enfermedades provocó un "colapso desastroso".
Para McEwan, el proceso expansivo europeo buscaba, fundamentalmente, la conquista de nuevas tierras y recursos, lo que provocó "un encuentro desigual en todos los sentidos".
Forman parte de las piezas ahora expuestas por el Museo de América dúhos de madera, asientos utilizados por los líderes políticos y religiosos, trigonolitos de piedra que representaban a los antepasados o figuras de pájaros reverenciadas en algunas ceremonias.
La exposición, que ha visitado antes Barcelona y Santiago de Compostela y que está organizada por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, cierra su itinerancia en Madrid, dónde permanecerá hasta finales de junio.
Treinta de sus piezas han salido del British Museum de Londres, algunas de forma excepcional, 29 son de la colección propia del Museo de América y 5 pertenecen al Museo Barbier-Mueller de Barcelona.
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