Este artículo se publicó hace 17 años.
Frugone vislumbra estragos en la identidad de los festivales por la tiranía del mercado
El director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), Juan Carlos Frugone, ha advertido hoy de los estragos que la "tiranía" con que la ley de mercado somete en la actualidad al sector cinematográfico puede causar en la identidad de festivales como el de esa capital.
"Las presiones económicas son muy grandes. Proliferan festivales a diestro y siniestro confeccionados a golpe de talonario por alcaldes ricos e intelectuales de pueblo aburridos que piensan que van a tener a sus pies a Sofía Loren o a Francis Ford Coppola", ha reflexionado Frugone en una entrevista con la Agencia Efe.
Los productores, ante esa disyuntiva, "dudan de si arriesgarse a venir a un certamen como el de Valladolid, con menos de dos millones de euros de presupuesto", o acudir a otro donde el ganador se lleva el triple que en la capital castellanoleonesa, ha explicado el máximo responsable de la Seminci.
A esa situación, Frugone ha añadido "la lucha contra la industria que te devora", así como la ley del estreno propia de la actual sociedad de consumo "por temor a que a los dos días las películas se encuentren en internet y a los tres en el 'top manta'".
"Quizá haya llegado el momento de repensar los esquemas de los festivales, si hay que seguir haciendo el mismo de siempre o cambiar a otra cosa", ha asegurado el director de la Seminci antes de afirmar que Valladolid puede entrar, por esa razón, "en una seria crisis de identidad".
Ha argüido en ese punto cómo "no se sostiene" que la Seminci, que celebrará su quincuagésima segunda edición (52) entre los próximos 26 de octubre y 3 de noviembre, "sea el segundo festival de España en prestigio (detrás de San Sebastián) y el sexto en presupuesto", y ha propuesto el "modelo americano" del patrocinio privado.
Con la aportación de firmas privadas, "algo que me cuesta mucho hacer entender aquí y que pasaría por una promoción seria del festival como un producto de 'marketing'", Valladolid podría mantener sus señas de identidad en forma de rigor, descubrimiento de nuevos autores y la calidad de sus publicaciones, que le distinguen del resto", ha dicho.
Acerca de la voracidad de la sociedad de consumo, ha puesto el ejemplo del Festival de Sundance (Estados Unidos), tradicional feudo para el descubrimiento de nuevos valores, "pero que ya no es el mismo de hace quince años por culpa de la industria, que lo ha tomado".
Frugone, adjunto a la dirección de la Seminci entre 1984 y 1992, afronta su tercer año como máximo responsable del certamen vallisoletano "más preocupado por la mirada del espectador", en cómo puede haber cambiado en estos tiempos de nuevas tecnologías -internet, vídeo juegos, televisión por cable y canales temáticos-, que "por los trabajos de los directores".
"Ésa es la gran lucha en estos momentos. Más que el cine, ha cambiado la forma de verlo", ha afirmado antes de declararse partidario de apostar: "A mí me gusta jugar, apostar por lo nuevo como cuando se hizo en su día con Bergman y recientemente con Juan José Campanella y Matías Bize. Ése es el festival que me interesa y conviene hacer", ha agregado.
Ha inscrito, en ese contexto, el cambio de orientación en los ciclos complementarios del certamen, tradicionalmente centrados en actores, directores, productores y guionistas, y desde hace dos ediciones con un carácter más temático, como son los dedicados este año a los diseñadores de vestuario y al cine de argumento judicial.
Acerca de la 52 Semana, que abrirá la cinta de animación "Persépolis", de Marjane Satrapi y Vincent Paronaud, ha reiterado que le gustan "los rituales y no las rutinas", que recoge los buenos trabajos "donde quiera que existan" y ha aclarado que la selección y equilibrio entre autores consagrados y nuevos realizadores "depende de la cosecha".
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