Este artículo se publicó hace 15 años.
El fuego afloja en La Palma
Rodríguez Zapatero anuncia ayudas complementarias a las que aprueba hoy el Gobierno canario
El incendio que ya ha arrasado más de 2.000 hectárea s de monte, viviendas, viñedos, huertas y algunos graneros en la isla canaria de La Palma frenó ayer su vertiginoso avance, aunque no se podrá considerar apagado hasta dentro de varios días. Al cierre de esta edición, el frente occidental estaba controlado y las tareas de extinción se concentraban en la zona de Mazo.
Los técnicos que luchan cara a cara con las llamas confían en que la bajada de las temperaturas y el aumento de la humedad les ayude en su tarea, como ocurrió durante la jornada del domingo. En los montes de Mazo, el incendio pasó de ser fuego de copa -más peligroso y difícil de extinguir- a encontrarse al nivel del suelo, lo que facilita la actuación de los efectivos a pie.
"Esperemos que mañana [por hoy] podamos tener noticias más positivas", dijo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se desplazó a la isla canaria para ver in situ las dimensiones del incendio, antes de irse a Fuerteventura, donde pasará sus vacaciones.
"La coordinación de las distintas administraciones es fundamental. Es la manera de ganar estas batallas", defendió, para después añadir que este verano va a ser "muy duro" en la lucha contra el fuego.
Promesa de ayudasZapatero visitó la zona acompañado por el presidente del Ejecutivo canario, Paulino Rivero, y la presidenta del Cabildo de La Palma, Guadalupe González. El presidente anunció que las ayudas del decreto que aprobará el Gobierno el 13 de agosto se complementarán con las que autoriza hoy Canarias. Rivero ha prometido a quienes han sufrido pérdidas hasta 8.500 euros de ayuda, además de correr con los gastos de los alquileres hasta que puedan regresar a sus casas.
Durante el día de ayer, medio centenar de viviendas ardieron en Fuencaliente, y unos 300 animales perecieron carbonizados o asfixiados. Sin embargo, los daños parecen menores de lo que se temía la noche del sábado, cuando las llamas avanzaban potentes por el sur y el oeste hacia El Paso, puerta de entrada al parque nacional de La Caldera de Taburiente.
Agentes del Seprona comenzaron ayer las investigaciones para determinar la causa del incendio. La hipótesis de que fueron unos fuegos artificiales lanzados en Tigalate los que provocaron la tragedia sigue cobrando fuerza.
Lucha contra el fuegoLa altura de las llamas obligó por la mañana a replegar a los efectivos de tierra y sólo pudieron operar, aunque sin descanso, los medios aéreos: cinco helicópteros y dos aviones anfibios que descargaban 5.000 litros de agua en cada pasada. Otros dos helicópteros seguían ocupados en evitar un rebrote en El Paso.
Este foco fue contenido durante la madrugada de ayer gracias a los efectivos de tierra, pero a las siete de la mañana empeoró la situación en Mazo, justo donde se originó el incendio. Hasta esa hora, el viento parecía cooperar con los trabajos de extinción, porque conducía las llamas al mar, pero un cambio repentino de sentido obligó a desalojar varios caseríos de Tigalate ante el avance vertiginoso del fuego. La enorme nube de humo negro transportaba cenizas y pavesas, lo que hizo temer la aparición de nuevos focos.
Anoche, el frente de Mazo seguía siendo el foco más preocupante, aún sin contener. Ninguna de las personas evacuadas ha podido regresar a su casa, y más de 200 seguían repartidas entre unas instalaciones militares y un hotel.
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