El anonimato gana hoy un protagonismo, un peso y hasta un valor, en un mundo conectado por internet, que nunca hubiéramos pensado, pero cuya fuerza vemos en las movilizaciones del Magreb o del 15M, constata el filósofo Manuel Cruz al hablar con Efe del libro "Las personas del verbo (filosófico)", que ha coordinado.

Una obra colectiva, editada por Herder, en su colección "Pensamiento" que este filósofo conduce para prestar atención crítica a la realidad de lo contemporáneo.

Algo que "no es tan fácil -precisó Cruz a Efe- porque implica estar a la altura de esos desafíos que plantea el presente con sus novedades y sorpresas. Porque ser contemporáneo no es simplemente ser coetáneo, es dejarse afectar por lo nuevo que nos asalta, sin negarlo, ni verlo como pérdida".

Este libro plural, que toma su título del poema de Jaime Gil de Biedma "Las personas del verbo" -en este caso filosófico-, saca a la luz algo que está implícito en el hablar sin que muchas veces nos demos cuenta: los lugares desde los que se ve la realidad -el yo, el tú, el él, el nosotros...-, lugares que tienen una enorme carga valorativa.

Carga que vemos -comenta Cruz- cuando en catalán se recurría al "vos", que sin el matiz del usted, más lejano y despegado, denotaba más proximidad y autoridad hacia una persona mayor querida y respetada.

"Somos las 'personas del verbo' que en cada momento somos. En ellas nos cobijamos para existir socialmente. Para amar. Para huir. Para amenazar...", escribe Santiago López Petit en el Epílogo a la serie de trabajos que firman Fina Birulés (Yo), Laura Llevadot (Tú), Alicia García Ruiz (Él), Marina Garcés (Nosotros), Angela L.Fuster Peiró (Vosotros) y David Gràcia Albareda (Ellos).

Son el equipo de investigadores que, coordinados por Cruz, ofrecen sus diferentes maneras de mirar el mismo mundo en perspectivas que circulan, expresan las tensiones del presente o las líneas de fuerza que lo atraviesan y conforman.

Y es que estos lugares no son rígidos, sino cambiantes, y se desplazan. Son lugares producidos. Se pueden dar juegos inquietantes con más de los seis lugares habituales o forzarse nuevos lugares como el lugar de "lo impersonal".

"Hay 'cosas que ocurren', sin que esté involucrado ningún 'nosotros', y hay puntos de vista objetivos, fríos y deshumanizados, que son los lugares de la tercera persona.

Y.. ¿cual es el 'nosotros' involucrado en internet?. La idea del anonimato no es nueva -ahí esta toda la sociología americana de los años 50, el teatro, el cine...-, pero entonces significaba un déficit. El hombre anónimo era un don nadie.

"Hoy, sin embargo, el anonimato ha ganado un protagonismo impensable", explica Cruz, y cada vez se habla menos de movilizaciones con líderes. Lo hemos visto en la primavera árabe.

El lugar del "yo", en cambio, pierde importancia. "En nuestra época de individualismos se olvida que hay lenguas, viejas tribus, sin ese pronombre personal, aunque esas personas viven y sufren igualmente, pero no piensan en términos del yo, porque para ellos no existe el 'fuera' de su realidad", añade el filósofo.

"El otro de los otros soy yo", expresó la brasileña Clarice Lispector en términos que encabezan el trabajo de Birulés, que explica cómo este lugar (yo) sólo tiene un acceso indirecto y limitado a sí mismo y se encuentra lejos de ser, como sugería Descartes, el primer principio de la filosofía.

El "tú", lugar del diálogo, requiere "aprender a no saber" para lograr escuchar y el "él" puede quedar fuera (excluido) o incorporarse al tú o al "nosotros". Este último es un lugar público con una clara dimensión política, que adquiere un primer lugar en muchos debates, destaca Cruz.

Si preguntáramos a la gente ¿a qué 'nosotros' pertenece usted? alguno se remitiría al estado o nación -"soy español" o andaluz, o vasco-, pero muchos no sabrían qué responder.

Para reflexionar sobre la polis, sobre este "vivir juntos", el equipo de investigadores que coordina Cruz celebrará unas jornadas -los día 17 y 18 de octubre- que contarán con la participación del conocido filósofo napolitano Roberto Espósito, y autoridades en la materia como Remo Bodei o Daniel Innerarity, entre otros.

Y si pensar es siempre pensar desde algún sitio y es pluralidad de puntos de vista, "una de las viejas fantasías humanas -concluye Cruz- se deja describir hoy en términos de una persona del verbo: un 'nosotros' de una humanidad reconciliada en la que nadie quedara excluido".