Este artículo se publicó hace 15 años.
El fundador del Circo del Sol vuelve a la Tierra
El multimillonario circense de Canadá, Guy Laliberté, regresó el domingo a la Tierra llevando su habitual nariz roja de payaso, y aterrizó como estaba previsto en Kazajistán tras una histórica presentación en la que destacó la escasez de agua.
La cápsula espacial rusa Soyuz que transportaba a Laliberté y a la tripulación ruso-estadounidense aterrizó en la estepa cerca de Arkalyk, en el norte de Kazajistán, a las 04:31 GMT.
"Acabamos de recibir un informe del equipo de rescate y recuperación que dice que la cápsula ha aterrizado", dijo un funcionario en el Control de Misión en las afueras de Moscú, ante el aplauso de los trabajadores.
Laliberté, un ex tragafuegos y fundador del Circo del Sol, que tiene su sede en Montreal, pasó unas dos semanas en el espacio.
Un reportero de Reuters en el Control de Misión que observaba una retransmisión en directo desde el lugar del aterrizaje, vio a Laliberté sentado en un sillón después de que dejara la nave. Sonrió y levantó el pulgar en un gesto de aprobación.
Estaba envuelto con un abrigo y una manta cubría sus piernas, mientras el equipo de rescate y recuperación medía su presión sanguínea. También había un sacerdote ortodoxo ruso.
El canadiense de 50 años, que posee una fortuna estimada en 2.500 millones de dólares (unos 1.700 millones de euros) y que habría pagado más de 35 millones de dólares para convertirse en el séptimo turista espacial, entretuvo a la tripulación de la Estación Espacial Internacional (EEI) y realizó un espectáculo único desde el puesto espacial.
El espectáculo, que pretendía destacar la escasez de agua potable para muchos habitantes de la Tierra, incluyó a cantantes, bailarines y famosos en 14 ciudades del mundo. Los organizadores lo llamaron "Moviendo la Tierra y las Estrellas por el Agua" y dijeron que es el primero de su tipo que se presentado desde el espacio.
Laliberté estuvo acompañado por el ruso Gennady Padalka, el vigésimo comandante de expedición de la EEI, y el ingeniero de vuelo estadounidense Michael Barratt, cuya odisea espacial duró más de medio año.
Padalka fue el primer en salir de la cápsula, que se chamuscó al entrar en la atmósfera. Bebió una taza de té y dio un mordisco a una enorme manzana que se le ofreció.
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