El futuro deportivo del Real Zaragoza en la Segunda División para la próxima temporada se encuentra en un compás de espera condicionado a los numerosos cambios que ha avanzando hoy que habrá en seno del club su máximo accionista, Agapito Iglesias.

El propietario del club maño, que hoy ha comparecido ante los medios de comunicación para, esencialmente tres cosas, pedir perdón a sus aficionados por el descenso de categoría, asegurar que económicamente el futuro del club está garantizado y que van a cambiar muchas cosas en el seno de la entidad, explicó que no tienen prisa por comenzar la remodelación que se espera para no equivocarse.

Esto supone que posiblemente se vaya paso a paso y el primero debería de ser la contratación de un director deportivo tras la dimisión irrevocable presentada por Miguel Pardeza, que ha desempeñado el cargo los seis últimos años.

Parece claro que para no demorar el aspecto deportivo las primeras figuras que deben aparecer, para gestionar las posibles salidas y entradas de jugadores, debe ser un director deportivo y un entrenador.

A pesar de que Agapito Iglesias ha manifestado hoy que el club no necesita vender a los jugadores de la plantilla actual, algunos de los cuales le han comentado incluso su deseo de continuar rebajando sus emolumentos, según ha explicado, todo parece indicar que los hombres con mayores fichas saldrán del club porque parece insostenible económicamente en Segunda División un equipo con los sueldos del de la recién finalizada temporada.

Parece que Diego Milito, Peter Luccin, Pablo Aimar, Roberto Fabián Ayala o Francelino Matuzalem están destinados a macharse, lo mismo que Ricardo Oliveira, éste último por quien el club hubiera hecho efectiva su opción de compra al Milán de haber logrado la permanencia.

De los cedidos parece también improbable que "Ewerthon" de Souza, que estuvo esta temporada en el Sttutgart, primero, y en el Espanyol, después, y Andrés D'Alessandro, regresen debido a su alta ficha, y en el caso del segundo, además, por su mala relación con los aficionados, que le señalaron como culpable de su enfrentamiento con el técnico Víctor Fernández.

Pavón, debido al fracaso que ha supuesto su fichaje y sus altos emolumentos, está también predestinado a emigrar, mientras que la principal duda se centra en el internacional de nuevo cuño Sergio García, que se ha convertido por ello, y por la situación del equipo, en uno de los objetivos más apetecidos, pero que el club intentará mantener aunque sea con una cesión a un equipo de Primera División.