Este artículo se publicó hace 15 años.
El G-20 debate los planes para salir de la crisis global
Tercera reunión en un año de los líderes de las principales economías mundiales
Isabel Piquer
La cumbre del G-20 empieza esta noche con una cena en Pittsburgh, una primera toma de contacto desde lareunión del pasado abril en Londres. Es la tercera vez en menos de un año que este formato, una suerte de gobierno mundial de las finanzas, se reúne para tratar de coordinar sus acciones contra la crisis, imponer nuevas reglas a los mercados y reequilibrar las relacioneseconómicas internacionales.
El grupo formado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EEUU, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la UE nació a finales de los noventa como un foro de discusión entre países industrializados y en desarrollo, y se ha convertido en el actor principal en la búsqueda de soluciones globales.
Su meta en Pittsburgh será mantener y concretar estas soluciones. En estos meses su actuación ha tenido cierto éxito, pero, paradójicamente, el despunte de la economía podría suponer un problema para el G-20 al reducir la presión y la premura de tomar medidas urgentes. Los países se han comprometido a mantener las políticas de estímulo fiscal pero también quieren preparar una estrategia de salida de la crisis.
Queda mucho por hacer en el tema del reordenamiento financiero. El principal escollo entre Estados Unidos y Europa, después de acercar posiciones sobre la limitación de las primas de los ejecutivos financieros, es el de las reservas de capital de los bancos, un punto que la OCDE considera prioritario. Todos están de acuerdo en aumentarlas para proteger a las entidades financieras en tiempos crisis, pero no se ponen de acuerdo sobre el cómo.
En la reorganización de las estructuras internacionales, países como Brasil, recordaba ayer su presidente, Lula da Silva, quieren mayor peso en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial, mientras los países desarrollados se resisten a abandonar sus esferas de poder.
"En Pittsburgh", decía ayer Barack Obama ante la Asamblea General de la ONU, "trabajaremos para conseguir un crecimiento equilibrado y sostenido". "Eso significa crear empleo, relanzar la demanda, reforzar la legislación financiera y terminar con la codicia, los excesos y los abusos que nos llevaron al desastre", aseguró el presidente norteamericano.
100 pobres por minutoIntermon Oxfam exigió ayer a los países del G-20 "que pasen de las palabras a la acción". Pidió que pongan medidas para proteger a los más desfavorecidos de los efectos de la crisis económica, "que empujan a la pobreza a 100 personas por minuto".
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