Este artículo se publicó hace 16 años.
El G-7 no llega a un acuerdo en su primera reunión
Bush intenta calmar la bolsa y ratifica la compra de títulos de los bancos
Washington fue el escenario ayer del enésimo acto de la tragedia financiera. Los ministros de finanzas del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), los siete países más ricos del mundo, se reunieron con los responsables del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los gobernadores de los bancos centrales para debatir posibles respuestas coordinadas ante la crisis.
La nota discordante la puso el representante italianoUna de las peticiones era asegurar que ningún banco con riesgo sistémico se dejaría quebrar. Sin embargo, al cierre de esta edición, no habían llegado a un acuerdo. La nota discordante la puso el representante italiano, Giulio Tremonti, que se negó a firmar un borrador de intenciones por que era "demasiado débil". Horas antes, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, había propuesto a su homólogo estadounidense, George W. Bush, suspender las bolsas de cotización "hasta que se redactaran nuevas reglas".
La Casa Blanca desestimó la propuesta al asegurar que no hay "ningún plan para interferir en el funcionamiento de los mercados". Lo que sí confirmó ayer Bush es su intención de comprar participaciones en entidades de crédito para inyectar liquidez en los bancos sanos. Esta medida se enmarca dentro del plan de rescate aprobado la semana pasada .
Por otra parte, el FMI puso a disposición de los países miembros sus reservas de 250.000 millones de dólares para responder a la crisis financiera en forma de créditos urgentes. Ningún país ha solicitado aún oficialmente la ayuda del FMI, pero es muy probable que Islandia lo haga.
Conflicto Islandia-Reino UnidoLa quiebra de los principales bancos de Islandia ha puesto en pie de guerra al Gobierno británico, que ha apelado a la legislación antiterrorista para congelar activos islandeses en Reino Unido. Londres intenta amortiguar la colosal factura en compensaciones a ciudadanos e instituciones británicas con depósitos en entidades islandesas. Brown ha prometido costear la totalidad de los ahorros en bancos islandeses de 300.000 ciudadanos británicos.
Pero en el limbo queda más de un centenar de ayuntamientos, servicios de bomberos y fundaciones benéficas, cuyos depósitos en sucursales británicas de las entidades (1.200 millones de euros) no están cubiertos por el fondo de compensación.
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