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Gabriel Range reconstruye el asesinato de Bush en "Muerte de un presidente"

EFE

Cientos de imágenes reales seleccionadas se mezclan con escenas de ficción para hacer verosímil un magnicidio que tambalearía la política internacional: el asesinato de George W. Bush; es "Muerte de un presidente" el "falso documental" de Gabriel Range que denuncia "el enorme daño que se ha hecho tras la guerra de Irak".

Conocedor del "poder del montaje" por su pasado de periodista, el británico Gabriel Range vuelve a recurrir a un género a caballo entre el documental y la ficción, en el que ya ha hecho dos incursiones.

Intenta así llamar la atención sobre "la forma cínica en la que el Gobierno de Estados Unidos presentó la guerra de Irak y las heridas que se han abierto tras el 11 de septiembre", según ha explicado a Efe el cineasta horas antes de que su película llegue a las salas españolas.

Circunstancias que, según Range, "están cambiando Estados Unidos" y que hasta "más o menos el pasado verano" los medios de comunicación "envolvían en un aire patriótico y no eran capaces de cuestionar".

Todo ocurre durante una visita de Bush a Chicago, donde le esperan miles de manifestantes para recriminarle su política en Irak y, como si de la historia de otro presidente americano se tratara, el mandatario es alcanzado por una bala desde un edificio próximo a la salida de una convención de economistas.

Con apenas "tres o cuatro efectos especiales" y muchas horas de montaje, Range hace verosímil el acontecimiento y pasa a la trama más típica del género policiaco en la que, a la vez que desgrana la investigación del FBI con supuestos testimonios reales, va destilando 'la moraleja' mostrando el trato y las acusaciones a los posibles culpables.

A pesar del reconocimiento de la crítica que obtuvo en el Festival de Toronto, la película, en versión original subtitulada, ha generado una gran polémica en los diferentes países donde ha sido estrenada; especialmente en Estados Unidos, donde el veto de la mayor parte de las salas hizo que sólo se haya proyectado en Nueva York y Los Ángeles.

"Cuando la gente ve las noticias a menudo olvida que son el resultado de la interpretación de un periodista, porque piensan que la cámara no miente", explica el cineasta para defender su montaje y criticar el tratamiento parcial que la prensa ha hecho sobre ciertos acontecimientos, "como la caída de la estatua de Sadam".

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