Galerías de España y Latinoamérica intentan salvar en China un año de crisis

Galerías españolas y latinoamericanas exponen, en las dos ferias de arte que se celebran simultáneamente en Shanghái, obras de artistas consagrados y emergentes con las que pretenden atraer a los nuevos millonarios chinos, que a pesar de la crisis están invirtiendo en arte.

La galerista compostelana Concha Fontenla participa en la Feria de Arte Contemporáneo de Asia-Pacífico que se celebra del 10 al 13 de septiembre de 2009, y de los trabajos que expone en su galería "Factoría Compostela" ha seleccionado una serie de artistas entre los que destacan Manuel Quintana Martelo y Manuel Sendón.

"Mucha gente se interesa por nuestras obras, durante la primera jornada vendimos dos piezas y estamos muy contentos. Esta feria es la mejor de Asia y emerge un coleccionismo muy bueno donde cada vez están más abiertos al arte europeo", comenta a Efe Fontenla.

En esta tercera edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Asia-Pacífico participan un 50 por ciento menos de galerías con respecto a la primera edición, asimismo el número de galerías extranjeras ha disminuido, por lo que la obra que se exhibe son principalmente trabajos de China, Corea y Japón.

El evento es una iniciativa de la empresa italiana Bolognia Fiere International Fiere Srl, que desde 2007 impulsa "el desarrollo del mercado artístico, así como la inversión en el arte a largo plazo" explicó Eva Altosaar, responsable de comunicación de la feria.

"Además, otra feria de arte contemporáneo, Shanghái Art, se está celebrando en la ciudad, lo que convierte el mes de septiembre en un mes de gran ajetreo cultural y eso es muy positivo para la industria", añade Altosaar.

Shanghái Art, ya en su XIII edición, es el más veterano de los dos eventos, y para algunos galeristas consultados por Efe la diferencia es que ésta es la "oficial, la gubernamental y la de origen chino".

El responsable de la galería "El Universo de Dalí", Guillaume Arnaud, prefiere acudir a Shanghái Art porque "tiene el patrocinio de las autoridades gubernamentales y, por lo tanto, el impacto cultural en la población local es mayor".

Lentamente, el coleccionista de arte de origen chino comienza a apreciar la obra de artistas extranjeros, aunque previamente fue necesario un periodo de implicación y educación por parte de las galerías foráneas, en el que presentaron a los grandes maestros europeos y latinoamericanos.

"En el mes de agosto expusimos en el Museo de Arte de Shanghái una recopilación de entre 50 y 60 esculturas de tamaño monumental de Salvador Dalí, a la que acudieron alrededor de 55.000 personas durante las dos semanas que duró la exposición", explica Arnaud.

El arte latinoamericano en la feria Shanghái Art está ampliamente representado gracias a un pabellón de 300 metros cuadrados en el que bajo el nombre Pabellón Latinoamericano (LAP) se agrupan galerías cubanas, colombianas, argentinas y uruguayas.

Álvaro Cirillo, director del pabellón, reitera la idea de educar al coleccionista chino en el arte extranjero: "traemos a maestros como Botero, Carbonell, Iturria o Montoto y realizamos catálogos atractivos, con imágenes acompañadas de textos escritos por críticos conocidos, y luego, presentamos a los artistas emergentes".

El artista andorrano Flavio y la galería madrileña Tribeca representan a España, que es el país invitado del Pabellón Latinoamericano.

"Estoy entusiasmado, los visitantes están continuamente interesándose por mi obra, preguntando precios, auguro que esta será una buena feria", vaticina el creador de Andorra.

En la tercera economía mundial, según un informe publicado en la revista local "Hurun" en el mes de agosto, se calcula que hay 825.000 millonarios cuyas propiedades son superiores a 10 millones de yuanes (1 millón de euros o 1,46 millones de dólares), de los que cerca de 116.000 viven en Shanghái.

Esta publicación retrata la vida privada de los millonarios, y coleccionar arte es una de sus inversiones.

No es de extrañar, por lo tanto, que las galerías españolas y latinoamericanas vean en China la salvación ante la crisis financiera mundial, que también ha afectado al coleccionismo de arte.