Este artículo se publicó hace 15 años.
Galicia: entre el bipartito o la vuelta del PP a su feudo
Por Raquel Castillo
Galicia celebra el sábado su jornada de reflexión previa a unos comicios autonómicos cuyos resultados se prevén tan reñidos que tanto Partido Popular como PSOE han jugado todas sus bazas para conseguir un espaldarazo en esta comunidad en momentos difíciles para ambas formaciones a nivel nacional.
Mientras algunas encuestas muestran que los socialistas y los nacionalistas del BNG podrían volver a repetir coalición, otros colocan al PP muy cerca de una mayoría absoluta en el que ha sido su feudo tradicional.
Todas coinciden, sin embargo, en que los populares volverían el domingo a ser la fuerza política más votada.
En momentos de plena crisis económica y cuando el PP se ve afectado por una investigación sobre corrupción que salpica presuntamente a algunos de sus cargos, una victoria en Galicia o en el País Vasco, que también celebra sus elecciones el 1 de marzo, supondría un fuerte impulso para los dos principales partidos nacionales.
Probablemente para hacer frente al temor a una alta abstención, tanto PP como PSOE han enviado a sus "pesos pesados" a arropar a los candidatos gallegos, de hecho tanto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como el líder del PP, Mariano Rajoy, cerraron la campaña en Galicia, y han usado los argumentos de la agitada situación política actual para calentar la campaña.
Los socialistas, que podrían ver si la crisis económica o la reciente dimisión del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, le han pasado factura, han basado su mensaje en la continuación "del cambio" producido hace cuatro años en esa comunidad.
En las elecciones de 2005, el Partido Popular del histórico dirigente Manuel Fraga, que presidió la Xunta de Galicia durante 16 años, obtuvo un 45,2% de los votos y 37 escaños, quedando a uno de la mayoría absoluta que sumaron los 25 diputados de PSdeG y los 13 del Bloque Nacionalista Galego (BNG) de Anxo Quintana.
En este sentido, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha prometido que Galicia seguirá recuperando "el tiempo perdido" con Emilio Pérez Touriño al frente de la Xunta y ha pedido expresamente a los jóvenes que "limpien los despachos de caciques".
Touriño ha basado su mensaje en la creación de puestos de trabajo en Galicia, "para retener a sus generaciones", el recorte de las listas de espera médicas, una profundización de la Ley de Dependencia y la ampliación de las plazas en escuelas públicas.
Sin embargo, en los últimos días, ha aprovechado también para echar tierra sobre un Partido Popular que podría sufrir los reveses del "caso Gürtel" que investiga la Audiencia Nacional, que afectaría a algunos miembros de la formación conservadora y a la espera de que el juez Baltasar Garzón levante el secreto de sumario en los próximos días, salpicando ya así de lleno a algunos aforados de la formación con nombres y apellidos.
Mientras, el PPdeG, que ha insistido en su argumento de que todo forma parte de una trama contra el partido en plena campaña electoral, ha contado con la baza de su presidente, Mariano Rajoy, natural de Pontevedra, quien ha acudido a su tierra en diversas ocasiones a darse un baño de multitudes.
Su candidato, Alberto Núñez Feijoo, ha tratado de mantenerse al margen de las investigaciones sobre la presunta trama de corrupción que mantiene en vilo a la sede popular madrileña de Génova y ha prometido rebajas fiscales para menores de 35 años y familias numerosas, así como la supresión íntegra del impuesto de sucesiones, mientras que se ha presentado como "única alternativa" a un gobierno nacionalista del BNG.
Además, ha prometido reducir el número de 'consellerías' en un 25%, disminuir los altos cargos en un 40% y la supresión de los delegados provinciales.
En una entrevista difundida el jueves en el diario El País, Feijóo se mostró convencido de que la clave para la mayoría absoluta estará en muy pocos votos. "Si por un conjunto de votos el PP no saca la mayoría, significará lo mismo, que Galicia no quiere este Gobierno", afirmó.
SONDEOS POCO ACLARADORES
Los sondeos difundidos el pasado fin de semana presentaron conclusiones dispares. Las encuestas de los diarios conservadores El Mundo y ABC situaron al PP a un escaño de los 38 que dan la mayoría absoluta de la Cámara de 75 representantes y concluyeron que PSdeG y BNG no podrían repetir la coalición que ha gobernado en los últimos cuatro años.
El País señaló que podría perpetuarse el cambio de 2005 y otorgó a los populares 36 escaños, mientras que la actual coalición superaría los 37.
El último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas recogió hace dos semanas que los socialistas, con 27 escaños, podrían volver a gobernar con ayuda del BNG, que obtendría 12 ó 13 asientos, mientras que el PP obtendría entre 35 y 36 escaños.
Tan estrecha es la diferencia que ha vuelto a surgir el "fantasma" del voto inmigrante gallego como posible determinante a la hora de inclinar la balanza hacia un signo u otro.
Un total de 2.646.872 gallegos están llamados a las urnas para renovar el Parlamento, de los cuales un 13 por ciento (335.357) viven en el extranjero, sobre todo en países como Argentina, Uruguay, Brasil o Venezuela, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, los residentes en el extranjero superan a los votantes residentes en las circunscripciones de Lugo y Orense, 302.159 y 281.012, respectivamente.
Por si acaso, tanto Touriño como Núñez Feijóo, han viajado a Argentina durante la precampaña electoral, quizás con el objetivo de evitar lo sucedido tras las elecciones de 2005, cuando el resultado definitivo se hizo esperar nueve días pendiente de un escaño en Pontevedra.
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