Este artículo se publicó hace 13 años.
Galicia, expectante ante el rescate de Portugal
Los empresarios temen una menor actividad
Galicia no teme el efecto contagio portugués, pero sí las repercusiones que la contracción de la actividad económica lusa puede llevar aparejada; el país vecino es su segundo socio comercial internacional, sólo por detrás de Francia, con 2.500 millones en exportaciones en 2010.
El rescate europeo tendrá un "inevitable" reflejo en las relaciones comerciales, estima Antonio Fontenla, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, porque los ajustes impuestos por la UE y el FMI supondrán "recortes en los niveles de consumo e inversión". Las medidas de contención llevarán además a que las empresas gallegas moderen su expansión en Portugal y a que las relaciones comerciales disminuyan al caer las ventas, por lo que se pueden ver afectados los intercambios con la comunidad gallega que, recuerda, "alcanzaron el año pasado valores positivos". Fontenla confía sin embargo en que la crisis afecte "poco tiempo", en alusión a la convocatoria electoral prevista para junio en Portugal.
Sólo Francia supera a Portugal en los intercambios comerciales
Las que sin lugar a dudas también se van a ver afectadas por la maltrecha situación de la economía lusa son empresas gallegas, como Inditex, instaladas en Portugal, ante el nuevo incremento previsto del IVA para paliar el déficit, que ahogará un poco más el consumo local. En apenas un año, el impuesto sobre el consumo ha subido tres puntos y está previsto que vuelva a ascender en los próximos meses, pasando del 23% al 25%.
Bastante más optimista que los empresarios, el Gobierno de la Xunta (PP) no ve motivos para la preocupación. La conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, no cree siquiera que sea necesario revisar las previsiones de crecimiento de Galicia ya que, "pese a las relaciones intensas" con Portugal, la existencia de socios fuertes, "como Alemania", hacen confiar en que la comunidad "no se verá afectada". "Los mercados saben distinguir", ha llegado a decir.
Más tozudas son sin embargo las evidencias. El rescate económico de la UE ha supuesto la puntilla en las relaciones comerciales de Portugal con Galicia. Tras el enésimo aumento impositivo, Lisboa apeló a finales de 2010 a las dificultades económicas que atraviesa para establecer peajes en las autovías del norte del país, principal arteria comercial con Galicia. Una decisión que en los primeros meses se ha traducido en un descenso del 18% en los intercambios económicos en la eurorregión que constituye Galicia y el norte luso. Estas cifras son las que dan motivos a Héctor Cañete, presidente de la Confederación de Hosteleros de Galicia, para mostrarse pesimista, ya que califica de "muy importantes" las repercusiones que la crisis portuguesa puede acarrear en la economía gallega. "Portugal es desde siempre un importante emisor de turistas; al descenso de visitantes motivado por los peajes en las autovías, se une ahora el rescate financiero, que contribuye a disuadir doblemente a los portugueses a la hora de venir a Galicia. Esto, unido a la incertidumbre económica en la que se ven inmersos, augura una situación poco alentadora. Sin duda, las provincias limítrofes de Pontevedra y Ourense van a ser las más afectadas. Y, con ello, el primer impacto directo que se notará en Galicia será de parálisis", vaticina.
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