Este artículo se publicó hace 14 años.
La gastronomía española se abre al público de la Expo de Shanghái
Los visitantes de la Exposición Universal de Shanghái 2010 accedieron a partir de hoy, por primera vez, a una de las semanas gastronómicas del pabellón de España, que hasta la Semana de las Tapas, inaugurada esta mañana, consistió en menús de alta cocina servidos en un hotel de lujo de la ciudad.
Hasta hoy, las semanas gastronómicas del pabellón español han estado vinculadas a las autonomías, mediante duetos de cocineros españoles, representantes de cada región, y extranjeros en el restaurante Acqua del hotel sino-cubano Gran Melià Shanghai, de gestión española.
Los cocineros que han pasado por ese programa, combinando sus fogones para formar menús exclusivos, suman 49 estrellas de la guía gastronómica Michelin, aunque la idea ha estado fuera del alcance de los visitantes de la Expo hasta hoy, con la última semana del programa, dedicada a las tapas en el bar del pabellón español.
Las tapas especiales que se venderán allí esta semana, elaboradas por dos cocineros españoles y una china, costarán 40 yuanes cada una (4,3 euros ó 6 dólares) ó 198 yuanes (21,4 euros ó 29,8 dólares) en una degustación de las nueve que se ofertan, un precio alto para el país, aunque similar al de los restaurantes de los demás pabellones de la Expo.
Los cocineros españoles Pedro Larumbe, que regenta el bar de tapas del pabellón español, y Guillermo Trullas, chef del restaurante El Willy de Shanghái, junto a la china Apple Jiang, repostera del hotel shanghainés Shangri-La de Pudong, han presentado hoy ante la prensa estos nueve bocados elaborados para este menú.
"Se trataba de hacer unas tapas que gustarán a los chinos, ligeritas, con sabores lo más parecidos posible a los suyos", dijo a Efe Trullas, que explicó que "hemos tenido que hacer una improvisación bastante fuerte por las limitaciones de productos que dejan meter en el recinto de la Expo".
Para Trullas, al que se conoce como Willy y que tiene desde hace tres años un restaurante español en la ciudad, este proyecto es "muy interesante", ya que "cuanto los chinos más saben de España más les gusta España, y comprarán más producto español y acudirán más a restaurantes españoles".
"Los cocineros se lo están pasando muy bien intentando adaptar el concepto de la tapa española al público chino", consideró Rafael Jiménez, representante de Pedro Larumbe, que no pudo acudir al acto por estar enfermo, y recalcó que este concepto "se adapta mucho a la costumbre china de comer compartiendo".
Jiménez manifestó que pese a que los clientes recibidos en el bar durante la Expo "podían haber sido más", la organización "está muy contenta porque el 70 por ciento es público chino" y "la idea de Pedro es enseñar la comida y la cultura española a gente que no la conoce".
Por su parte la cocinera Apple Jiang, que trabajó en España con Juan Mari Arzak y Martín Berasategui, dentro del Programa de Intercambio Gastronómico desarrollado por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), opinó que "a los chinos les tienen que gustar mucho las tapas españolas".
"A los chinos les gusta probar cosas diferentes y además la cocina española no es muy dulce ni muy grasa, llega a un equilibrio que les gusta", aseguró.
Salvo en esta ocasión, los menús elaborados por los 38 otros cocineros del programa gastronómico del pabellón español, a lo largo de 14 semanas, se sirvieron solamente en el hotel Gran Meliá Shanghái.
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