Un general británico aconseja tomar en cuenta las quejas de los talibanes

El general británico encargado de implementar la nueva estrategia occidental en Afganistán considera que la OTAN debe tener en cuenta los "agravios y quejas" que sienten muchos talibanes si quiere convencerlos de que depongan sus armas.

En una entrevista que publica hoy el diario "The Independent", el teniente general Sir Graeme Lamb advierte de que sería una equivocación, además de contraproducente, imponer "prejuicios occidentales" en ese proceso de pacificación.

Lamb, de 56 años, que fue jefe de las SAS (Fuerzas Especiales Británicas), afirma que "hay que mirar muy bien a esa gente de la que creemos que son nuestros enemigos" y agrega que "muchos jóvenes que luchan contra nosotros (en las filas de los talibanes) no han hecho nada malo".

"Tienen agravios y quejas de las que nadie se ha ocupado. No se han materializado sus sueños de una vida mejor. Son gente a la que tenemos que hablar, pero hemos de asegurarnos de que tenemos algo que ofrecerles", explica.

El general, que hizo sus declaraciones al periódico en Kabul, considera que "hay que combinar (en Afganistán) la vieja y la nueva cultura para crear algo que funcione".

"Voy a escuchar con mucha atención a nuestros colegas afganos. Voy a trabajar muy estrechamente con ellos y voy a dejar que pongan sus condiciones", dice el jefe militar británico.

"Se trata de reincorporar a la sociedad a gentes que están ahora fuera y que en algunos casos han sido expulsadas de esa misma sociedad sin tener culpa", añade Lamb.

El general británico indica que no habría aceptado su nuevo cargo en Afganistán de no estar confiado en que la misión será un éxito al final aunque reconoce que "no será fácil".

"Quienes esperan que se produzcan cambios importantes antes de las Navidades van a sentirse decepcionados", advierte Lamb, quien agrega: "Espero, sin embargo, que para la primavera y el verano próximos se perfilen ya algunos cambios".

Lamb, que colaboró estrechamente con el general estadounidense Petreus en Irak, es elogiado por muchos por su importante papel a la hora de convencer a los grupos nacionalistas suníes de que debían enfrentarse a la organización terrorista de Al Qaeda, estrategia que representó un punto de inflexión en la guerra de ese país árabe.

Del mismo modo, al militar británico se le ha encomendado ahora la tarea de fomentar el acercamiento a los elementos moderados de los talibanes para convencerlos de que cambien de bando.