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"Si la gente ve que tenemos miedo, no vendrá a La Restinga"

EFE

"Si la gente ve que tenemos miedo no vendrá" a La Restinga, ha dicho hoy Luis Andrés González, minutos después de abrir en ese pueblo pesquero de El Hiero el bar restaurante La Vieja Pandorga, del que es propietario.

Luis Andrés González es uno de los primeros vecinos que ha regresado a La Restinga, pueblo desalojado el 11 de octubre debido a la erupción volcánica submarina que se produjo cerca de las costas herreñas y que ha dejado sobre el mar una mancha y mal olor, pero al que se puede regresar desde las ocho de la mañana de hoy.

Este vecino de La Restinga abrió el bar restaurante a las 09.00 y comentó que los empleados llegarían una hora después a un local en el que no hay productos perecederos.

Mientras Luis Andrés González abría las puertas del establecimiento, personal de limpieza recogía algunos peces muertos que la marea deja en el puerto y cuya muerte, según los primeros análisis, se debe a los cambios bruscos de temperatura y presión.

La primera vecina que hoy ha regresado a La Restinga lo hizo a las 08.30 y no quiso hacer declaraciones mientras abría la puerta de los apartamentos que regenta y que poco después comenzó a limpiar.

Unos quince minutos después entraron en el pueblo Francisco y su esposa, una familia de pescadores cuya preocupación es saber cuánto tiempo tardará en recuperarse la fauna marina para regresar a su actividad. Por el momento, Salud Pública recomienda no bañarse ni consumir pescado en la zona afectada por la erupción.

Francisco no teme que la calidad del aire sea mala, pues a la entrada del municipio se toman medidas cada hora para comprobar si es buena y, en caso de que no lo sea, los vecinos serán advertidos, ha dicho el director general de Emergencias y Seguridad del Gobierno canario, Juan Manuel Santana.

Tras este pescador llegó al pueblo Luis Andrés González, quien entiende que algunos vecinos no quieran regresar de momento, aunque también está convencido de que, si la gente ve que ellos tienen miedo no volverá el turismo.

Luis Andrés González, que tiene dos apartamentos en La Restinga y regenta un hotel en El Pinar, que está a quince kilómetros, reconoce que lo peor no es lo que han pasado en el pueblo, sino lo que "pasaremos".

Explica que octubre debía ser un buen mes para el turismo, sobre todo por el certamen Fotosub -una referencia mundial en fotografía submarina-, y añade que los operadores turísticos le han cancelado todas las reservas que tenía para noviembre y diciembre. "Pero hay que abrir y esperar", insiste.

El regreso de los vecinos es a cuentagotas y, como han disminuido tanto la intensidad como la frecuencia de los seísmos, así como el proceso eruptivo, también vuelve a estar abierto el túnel de Los Roquillos, que une los municipios de Valverde y Frontera.

Por si los movimientos sísmicos vuelven a aumentar, el comité de dirección de Plan de Protección Civil ante Riesgo Volcánico (Pevolca) ha acordado que en La Restinga haya transporte colectivo preparado por si fuera preciso realizar un nuevo desalojo.

Muchos de los aproximadamente 500 vecinos de La Restinga han expresado que no tienen intención de regresar por el momento y los niños del pueblo estarán escolarizados en El Pinar.

La investigadora Carmen López, responsable de la Red de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional, ha reconocido que la erupción submarina no ha terminado, si bien el proceso parece que pierde fuerza.

La normalidad tardará en llegar a La Restinga, cuyos pescadores consideran que lo ocurrido es una catástrofe, pues desde hace unos quince días no salen a faenar e ignoran cuándo podrán hacerlo de nuevo, y la erupción también ha afectado a los centros de buceo, pero también a los bares, restaurantes, apartamentos y otros establecimientos comerciales.

Rubén Darío García León.

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