Este artículo se publicó hace 16 años.
El gobernador de Luisiana urge a la población a abandonar la zona costera del estado
El gobernador de Luisiana (EE.UU.), Bob Jindal, urgió hoy a la población que vive en la costa de su estado que se vaya de inmediato, al señalar que "Gustav" es un huracán que debe tomarse en serio y garantizar que la Guardia Nacional protegerá sus bienes durante la evacuación.
Jindal dijo en una conferencia de prensa en la capital de ese estado, Baton Rouge, que se han movilizado un total de 50.000 soldados de la Guardia Nacional, y que hay 16.000 adicionales para que apoyen las tareas de socorro de damnificados y la vigilancia de las zonas despobladas.
"Ahora es el momento de irse, queda tiempo, tomen en serio esto. No se conformen con que algunos pronósticos dicen que es un huracán de categoría 3, puede ser mucho, mucho peor", declaró Jindal, al insistir en el mensaje que han reiterado las autoridades.
El gobierno del estado de Luisiana ha contratado 400 autobuses de transporte público y de los sistemas escolares para facilitar la evacuación, señaló Jindal.
Además, llegarán al sur de Luisiana aviones militares de 12 estados para el transporte de suministros y la evacuación de personas con enfermedades y que no pueden ser trasladadas por carretera.
Jindal explicó también que las numerosas refinerías de petróleo que operan en el sur de Luisiana "han cerrado sus operaciones y están en situación de reanudar los trabajos normales un día después de pasada la tormenta".
La región del Golfo de México provee casi el 25 por ciento del petróleo que produce Estados Unidos y las empresas petroleras han evacuado al personal de sus plataformas de exploración y extracción a medida que "Gustav" avanzaba con rumbo al noroeste.
El puerto de Nueva Orleans es, asimismo, el punto de salida para casi el 90 por ciento de las exportaciones agropecuarias de Estados Unidos.
Por otro lado, la masiva evacuación de alrededor de un millón de habitantes del sur de Luisiana se lleva a cabo con lentitud y orden, a la espera del impacto el lunes del extremadamente peligroso huracán "Gustav".
Por las autopistas se mueven lentamente miles de vehículos y nadie puede regresar a Nueva Orleans y los municipios del sur de Luisiana afectados por la evacuación.
La presencia de policías y soldados de la Guardia Nacional es ostensible para mantener el orden y mostrar, además, que se será implacable con quienes se escondan para cometer actos de pillaje.
El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, reiteró hoy en unas declaraciones a una emisora local de radio que "no habrá la menor tolerancia para los saqueadores, y cualquier persona detenida que esté saqueando irá directamente a la cárcel".
En la ciudad y los barrios se aplicará desde el anochecer un toque de queda que se extenderá hasta el amanecer.
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