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El Gobierno de Cantabria baña en oro la raíz montañesa de Miguel Delibes

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El novelista Miguel Delibes ha recibido esta mañana en su casa la Medalla de Oro al Mérito Turístico de Cantabria, entregada por el presidente de esta comunidad autónoma, Miguel Ángel Revilla, quien ha definido al escritor como "uno de los nuestros" por su ascendencia montañesa.

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Algo más de media hora ha durado la visita que Revilla ha efectuado al escritor que aprendió a nadar en las playas de Suances, y que pasó algunos de los veranos de su infancia y adolescencia en Molledo-Portolín, donde nació su abuela materna y el propio Delibes situó él escenario de su novela "El Camino" (1950).

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"He visto a una persona muy identificada con Cantabria, muy enamorada de nuestra tierra y que de forma constante ha estado recordando cosas gracias a una memoria prodigiosa", ha manifestado el presidente cántabro a los periodistas junto al portal del domicilio del académico.

Dos de los hijos de Miguel Delibes, Germán y Adolfo, han sido testigos de la entrega de una medalla de oro que pretende reconocer la contribución prestada "a la difusión de la belleza de las tierras cántabras" a través de su obra literaria y periodística, y que "en nuestro caso nace de una absoluta devoción" a su persona.

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La medalla de Cantabria "es de devoción porque le queremos muchísimo, ya que la de Castilla y León -recibida el pasado lunes de manos de su presidente, Juan Vicente Herrera- casi era más de obligación por haber nacido en Valladolid", ha precisado Revilla, que ha entregado al escritor unas latas de anchoas y de ventresca.

"Me las ha pedido él mismo y hemos tenido que bajar al coche a por ellas", ha desvelado el presidente autonómico acerca de una conversación en la que ha percibido a un Delibes "muy jovial", hasta el punto de que ambos ha entonado a dúo un pareado vinculado a la historia del ferrocarril en la comunidad cántabra.

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De origen francés, el abuelo del novelista, Federico Delibes, llegó a España a finales del siglo XIX como uno de los técnicos encargados de tender la línea férrea entre Reinosa y Santander, y en Molledo-Portolín conoció y se casó con quien luego fue la abuela del escritor.

En ese municipio del Valle de Iguña veraneó de adolescente e incluso se aventuró a recorrer el centenar de kilómetros que separa Molledo-Portolín de Sedano (Burgos), donde veraneaba su novia y posteriormente mujer, Ángeles de Castro, y aún conserva la casa donde suele pasar los periodos vacacionales, enseñó a cazar a sus hijos y pergeñó buena parte de su producción literaria.

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"Aún evoco con nostalgia mi paso entre dos luces por los pueblecitos dormidos de Santa Olalla, y Bárcena de Pie de Concha, antes de abocar la Hoz de Reinosa, cuya subida, de quince kilómetros, aunque poco pronunciada, me dejó para el arrastre", anotó Delibes en su libro de memorias "Mi vida al aire libre" (1989).

En esa misma publicación, recuerda a su padre, Adolfo Delibes, "en la playa de Suances, reloj en mano, cronometrando nuestras inmersiones (nunca más de diez minutos) la arena resplandeciente, al fondo la Isla de los Conejos (...)".

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El homenaje de Cantabria a Miguel Delibes -"de segundo apellido Setién: hay miles de setienes en nuestra tierra", se ha encargado de recordar Revilla- ha tenido continuidad en la 13 Feria Internacional de Turismo Interior (Intur), donde el mandatario autonómico ha presidido un tributo público al literato vallisoletano.

Allí, Miguel Ángel Revilla ha institulado a Delibes como "el primer escritor de guías turísticas de Cantabria".

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