Este artículo se publicó hace 16 años.
El Gobierno chino se reúne con los enviados del Dalai Lama
El presidente Hu Jintao espera un "resultado positivo" de las conversaciones para solucionar el conflicto del Tíbet
Andrea Rodés
Representantes del Dalai Lama, líder espiritual en el exilio, y del Gobierno chino se reunieron ayer en Shenzhen, ciudad portuaria en la frontera con Hong Kong, en el primer encuentro entre las dos partes desde que estallaron las revueltas violentas en el Tíbet, el pasado marzo.
La proximidad de los JJOO y la presión internacional para que China reabra el diálogo con el Dalai Lama, considerado una figura clave para resolver el conflicto tibetano, han sido factores decisivos para que Pekín accediera al encuentro. Las relaciones entre el régimen chino y el Gobierno tibetano en el exilio se rompieron en verano de 2007.
Lodi Gyari y Kelsang Gyaltsen, enviados especiales del Dalai Lama en EEUU y en la UE, respectivamente, llegaron ayer a Shenzhen desde Hong Kong para reunirse a puerta cerrada con un grupo de funcionarios chinos. Ni el Gobierno ni la prensa china, controlada por el Estado, informaron de las conversaciones, pensadas en un principio a buscar soluciones para los millones de tibetanos que sufren discriminación y represión por parte de las autoridades chinas.
El presidente chino, Hu Jintao, dijo ayer ante un grupo de periodistas japoneses “esperar un resultado positivo” de este primer contacto entre chinos y representantes del Dalai Lama. Aunque más tarde añadió que para tomar en serio a una persona, no hay que tener en cuenta sólo sus palabras, sino también sus acciones”, en referencia al líder espiritual.
El Gobierno chino le acusa de separatista, de querer boicotear los JJOO y de estar detrás de las revueltas tibetanas del pasado marzo, en las que murieron 18 civiles chinos, según Pekín. El Dalai Lama ha desmentido públicamente estas acusaciones.
Los expertos internacionales se muestran escépticos a creer que el encuentro sirva para frenar la represión en el Tíbet. Según declaraciones de Robert Barnett, prestigioso tibetólogo de la Universidad de Columbia, en Nueva York, al diario Los Angeles Times, sería muy osado por parte de China hacer concesiones al Tíbet en este momento.
El régimen de Pekín lleva meses tratando de demonizar la figura del Dalai Lama, a quién responsabiliza de la violencia tibetana en contra de intereses chinos, y necesita demostrar su fortaleza a una población exaltada por el nacionalismo y víctima de diferencias sociales crecientes.
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