El Senado de EEUU aprobó hoy entregar al Gobierno el control de la producción y comercialización del tabaco, pese a las objeciones de la industria. El proyecto de ley, que recibió 79 votos a favor y 17 en contra, es similar a una iniciativa aprobada el mes pasado por la Cámara de Representantes.

El presidente Barack Obama, quien ha reconocido que ocasionalmente fuma, ha anunciado que promulgará la ley en cuanto llegue a la Casa Blanca de su tour por Oriente Medio y Europa, lo que podría ocurrir la próxima semana, dijeron fuentes legislativas.

La iniciativa promovida entre otros legisladores por el demócrata Christopher Dodd, un ex fumador, concede el control de la producción, venta y publicidad de los productos del tabaco a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA).

Fuentes legislativas explicaron que eso significa que la ley obligará a la industria que tiene un movimiento anual de 89.000 millones de dólares a revelar qué ingredientes usa en sus productos. Asimismo, el organismo del Gobierno federal estará autorizado para prohibir el uso de sustancias que considere nocivas en esos productos, entre los que se incluyen cigarrillos, puros y tabaco de mascar.

Además, ordena que las tabacaleras aumenten las etiquetas de advertencia en los envoltorios de sus productos e incluyan imágenes sobre los daños para la salud que puede tener el tabaco. También limitará la publicidad y las empresas tabacaleras deberán eliminar los términos 'light', 'mild' y 'low', a menos que puedan demostrar que los productos que los utilicen son realmente menos nocivos.

Dodd aplaudió la aprobación y señaló que 'no hay un fumador adulto en este país que desee que sus hijos comiencen a fumar. Y también hay muchos adultos que desean no haber comenzado jamás'.

La aprobación senatorial y la eventual promulgación de la ley constituyen uno de los últimos capítulos que los esfuerzos del Congreso de EEUU por regular la industria del tabaco y que se han arrastrado durante más de una década.

Esos esfuerzos han chocado con las barreras levantadas por la oposición de la industria, en muchos casos de la misma Casa Blanca y las que representaban los procedimientos legislativos.

Además, se produce 27 años después de que el Director de Salud de EEUU emitió su primer informe en el que advirtió de que el consumo de cigarrillo es la principal causa de la mortalidad por cáncer en el país.

Hace dos años el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informó que de en Estados Unidos había 43,4 millones de fumadores, es decir una de cada cinco personas. Sin embargo, el bombardeo permanente de advertencias sobre los daños para la salud del tabaco han logrado reducir su consumo en Estados Unidos, según fuentes médicas.

La campaña de concienciación se ha librado sin pausas y actualmente el consumo se prohíbe en todos los edificios del Gobierno así como en sitios públicos, como restaurantes y estadios.

La aprobación ocurrió menos después de que un tribunal de apelaciones ratificó un dictamen de una corte inferior que señaló que durante décadas las empresas mintieron acerca de los verdaderos efectos del tabaco.

Añadió que la industria debía modificar frases en la publicidad en las que se afirmaba que el producto era 'bajo en nicotina', 'light' o 'ultra light', porque se ha determinado que en realidad no son más saludables.

También indicó que las empresas deben publicar 'comentarios correctivos' sobre los afectos adversos para la salud que tiene la adicción al tabaco.