Este artículo se publicó hace 15 años.
El Gobierno de Merkel aplaza el debate sobre la nacionalización de los bancos
El Gobierno alemán no logró hoy superar sus reticencias respecto a la nacionalización de los bancos en crisis y aplazó su debate interno sobre cuál es la solución idónea para el maltrecho banco hipotecario Hypo Real Estate (HRE).
Según informó el portavoz del Gobierno, Urich Wilhelm, en la reunión que mantuvo la canciller alemana, Angela Merkel, con varios de sus ministros se analizaron todo tipo de opciones pero no se tomaron decisiones.
Wilhelm aseguró que "en las próximas semanas" se logrará consensuar un proyecto de ley, pero insistió en que únicamente se trata de "cambios puntuales" sobre el plan de rescate existente.
El gobierno está trabajando sobre un borrador de proyecto de ley elaborado por el ministerio de Finanzas que contempla la nacionalización el HRE.
Este banco, clasificado por el ejecutivo de Merkel como "relevante para el sistema financiero", y por tanto, no susceptible de ser abandonado a su suerte, no logra salir de su crisis a pesar de haber recibido ayudas por un total de 92.000 millones de euros.
La opción de la nacionalización del banco incluiría la posibilidad de expropiar a aquellos accionistas que no estén dispuestos a vender sus acciones al precio que se les ofrece, como ocurre actualmente con el estadounidense J.C Flowers.
El inversor, que controla casi el 25 por ciento de las acciones, exige, según informaciones de la prensa especializada 10 euros por título, pero el Estado alemán a lo sumo está dispuesto a ofrecer dos euros por un título que en la Bolsa está costando poco más de un euro.
Merkel se ve enfrentada a las reservas de su propio partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), que teme que la nacionalización de un banco pueda derrumbar el hasta ahora sacrosanto sistema de la economía libre de mercado.
Las reservas que se están planteando en los últimos días son de carácter legal, y los detractores de una nacionalización y eventual expropiación consideran que una medida de ese carácter es difícilmente compatible con la Constitución.
Sin embargo, ha sido la propia Merkel quien hace unos días, en una conferencia de su partido, recordó que la Constitución permite esa vía como "última ratio" y siempre y cuando sea por el "bien común" y los accionistas reciban una indemnización correspondiente.
La pregunta que se plantean ahora todos los expertos es si la nacionalización de ese banco en concreto sería una medida que serviría al bien común, como lo exige la Carta Magna.
Como alternativa se está planteando la posibilidad de adquirir una participación mayoritaria del HRE ampliando las inyecciones de capital.
En la reunión de Merkel tampoco se logró mejorar el plan de rescate bancario aprobado en noviembre pasado con el objetivo de reactivar el flujo de créditos interbancario, pero que sigue estancado por la acumulación de productos intoxicados.
El plan de rescate incluye 400.000 euros de avales públicos a los créditos interbancarios y 80.000 millones de euros para inyecciones de capital.
En principio está descartada la posibilidad de crear un único "Bad Bank", es decir, un banco público en el que van a parar transitoriamente todos estos productos, como lo planea Estados Unidos.
La alternativa que se estudia es que cada banco cree su propia institución en la que aparque esos títulos actualmente invendibles, de forma que sean ellos mismos los que asuman la responsabilidad y no nuevamente el Estado.
Los expertos calculan que en los bancos alemanes hay actualmente acumuladas acciones de este tipo por un volumen total de 300.000 millones de euros.
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