Este artículo se publicó hace 11 años.
El Gobierno pone férreos límites para que las antiguas cajas controlen bancos
Último paso de la reforma del sistema financiero impuesto por la UE tras e rescate de la banca.
El Consejo de Ministro español ha aprobado este viernes un anteproyecto de ley que incluye una serie de medidas para obligar a que la mayoría de las antiguas cajas de ahorro se conviertan en fundaciones con unas amplias condiciones para limitar el control de bancos por este tipo de entidades, de acuerdo con las condiciones pactadas con Bruselas para el rescate de la banca.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado tras el Consejo de Ministros que con este anteproyecto la limitación de las cajas será triple: material, física y de volumen. Según el ministro la ley estará basada en un principio fundamental: que las cajas "nunca" tendrían que haber abandonado su función originaria, ajustada a su territorio y a los ahorradores y a los pequeños y medianos empresarios, además de dedicarse sólo al negocio minorista. Al respecto, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha destacado que se trata de volver "al sistema anterior a los años 90 y a los años 80", si bien esta nueva normativa afectará sólo a dos cajas (Pollensa y Ontinyent). El resto de cajas que trasladaron su negocio a un banco deberán convertirse en fundaciones bancarias, cuyo régimen jurídico define la nueva norma.
Así, cajas y fundaciones bancarias, pasarán a ocuparse de clientes minoristas y pymes en un ámbito territorial que no podrá exceder una comunidad autónoma o diez provincias limítrofes. Por su parte, las entidades que se mantengan como cajas en sentido estricto no podrán tener un activo superior a los 10.000 millones de euros o una cuota de depósitos por encima del 35% de los de la comunidad autónoma en la que operen.
Tras los excesos cometidos por algunas de las antiguas cajas que obligaron a España a pedir un préstamo de 40.000 millones de euros a Europa para sanear el sector financiero, el Gobierno quiere asegurar una gestión profesional de las entidades financieras, eliminando el control político y reforzando el control financiero de las nuevas fundaciones que controlarán la actividad bancaria de las antiguas cajas. Con la nueva norma, el Ejecutivo continúa con la aplicación del Memorandum de Entendimiento acordado con la Unión Europea para la ayuda al sector financiero, que pide a España que desvincule de forma paulatina el control de entidades financieras por fundaciones o cajas de ahorro.
"Una vez transformadas en fundaciones bancarias, se ha diseñado un régimen jurídico para estas nuevas entidades que refuerza en control financiero en función del grado de control efectivo que ejerzan en la entidad participada", indicó el ministerio de Economía en una nota de prensa. Para acelerar la pérdida de control de los bancos por estas entidades, la nueva norma prohibirá que las fundaciones acudan a ampliaciones de capital de los bancos que les permitan mantener una posición de control, y establece condiciones más duras para aquellas cajas que tengan más del 50% de un grupo bancario.
El ministro de Economía ha confirmado que "no hay fecha" para que las antiguas cajas de ahorros reduzcan sus posiciones de control en los bancos a los que dieron lugar. Esta condición afectará fundamentalmente a La Caixa, Kutxabank y Unicaja. De este modo, las fundaciones bancarias podrán reducir progresivamente su participación, lo que permitirá culminar el proceso de reestructuración del sector financiero en un periodo de tiempo razonable. En todos los casos, el Ejecutivo impedirá que los miembros del patronato o de la fundación estén presentes en el consejo de administración del banco y someterá a estos órganos al control del banco de España y del ministerio de Economía. El ministro ha asegurado que la nueva norma no obligará a las antiguas cajas a deshacerse de sus carteras industriales.
Para aquellas fundaciones con una participación superior al 30%, la nueva norma obligará a presentar al Banco de España un protocolo de gestión de su participación en el banco, que regulará desde la relación entre ambas entidades hasta las operaciones vinculadas o la obligación de crear un plan financiero que cubra las necesidades de la entidad. En el caso de que una fundación tenga más de un 50%, situación que viven entidades como CaixaBank, Kutxabank o Unicaja, las fundaciones deberán contar también con un fondo de reserva para hacer frente a posibles necesidades de recursos propios de la entidad participada.
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