Este artículo se publicó hace 13 años.
El Gobierno promilitar birmano amnistía a más de 6.000 presos
El Gobierno birmano anunció hoy una amnistía para 6.359 reos, en una nueva medida aperturista adoptada por el presidente del país, el exgeneral Thein Sein, desde que la Junta Militar se disolvió y le entregó el poder, el pasado marzo.
La televisión y radio estatales informaron de que el excarcelamiento comenzará el miércoles y coincide con la festividad religiosa del Thadingyut, que marca el final de la cuaresma budista.
La medida firmada por Thein Sein, primer ministro durante el régimen predecesor, beneficiará a reclusos "ancianos, con mala salud o minusvalías cuyo comportamiento ha mejorado y que han cumplido un plazo adecuado de la condena", según el comunicado oficial.
Los medios informativos no aclaran si entre los amnistiados figura alguno de los cerca de 2.000 presos políticos encerrados en las penitenciarias del país.
Las contadas amnistías aprobadas en el pasado beneficiaron a los activistas en una proporción del 0,05 por ciento de los liberados, lo que en este caso supondría pocos más de tres opositores que recuperarían la libertad, según los datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos en Birmania.
El anuncio oficial surgió horas después de que la comisión para los derechos humanos, creada recientemente por el Gobierno, pidiese por escrito al jefe del Estado la liberación de todos los "presos de conciencia", sin ofrecer datos sobre su número.
El nuevo organismo hizo la petición a través de una carta abierta a Thein Sien publicada en el periódico oficialista "Nueva Luz de Myanmar".
"La liberación de estos presos, encarcelados por violar leyes vigentes pero que no suponen una amenaza para la estabilidad del Estado y el interés nacional, permitiría su participación en la medida de sus posibilidades en las tareas de reconstrucción nacional", se indicaba en la carta firmada por el presidente de la citada comisión, Win Mya.
Estados Unidos y la Unión Europea han reiterado a las autoridades birmanas que antes de estudiar el levantamiento de las sanciones que tienen impuestas al país asiático primero deben dejar en libertad a todos los presos políticos.
Los rumores del posible excarcelamiento de activistas detenidos circulaban desde hace semanas por Birmania, pero también había ocurrido en ocasiones anteriores sin que la noticia se materializase al final.
Esta amnistía es la medida más importante de una serie de gestos aperturistas que el Gobierno promilitar ha adoptado en los últimos meses.
Birmania está inmersa en una transformación hacia una "democracia disciplinada" después de cerca de cuarenta años regida por generales.
El cambio comenzó con la aprobación de una Constitución en 2008 y prosiguió con la celebración de unas controvertidas elecciones legislativas en 2010, que ganó con mayoría absoluta el partido de Thein Sein.
La oposición democrática, encabezada por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, boicoteó el referéndum constitucional y los comicios por considerar que se organizaron de forma antidemocrática, pero en los últimos meses ha retomado el diálogo con las autoridades.
El más significativo de estos contactos fue la conversación, aunque breve, que Thein Sein mantuvo con Suu Kyi en agosto en una recepción en la capital, Naypyidaw.
"Yo creo que la colaboración para el renacimiento del sistema democrático en Birmania conlleva la liberación de los prisioneros políticos", opinó Suu Kyi en septiembre en un programa de radio en el que participa todos los viernes y que permite a la "Dama" contestar las preguntas de sus oyentes.
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