Este artículo se publicó hace 14 años.
El Gobierno reconoce que es "la mayor desgracia del sistema carcelario" chileno
El motín y el posterior incendio ocurrido esta madrugada en un cárcel de Santiago, en el que ya han muerto 81 reclusos, es "una enorme desgracia, probablemente la más importante en la historia" del sistema carcelario del país, admitió hoy el Gobierno chileno.
En declaraciones hechas en las afueras de la cárcel de San Miguel, situada al sur de la región metropolitana, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, confirmó que hasta el momento hay 81 muertos y 14 heridos graves con riesgo vital.
La situación todavía es incierta, puntualizó el ministro, por lo que "hay que esperar muchas horas para establecer con precisión los pronósticos" de los heridos.
El siniestro, según Gendarmería, se inició con una riña a las 05.30 hora local (08.30 GMT) y siete minutos después los vigilantes recibieron la alerta. Una pelea entre reclusos que quemaron colchones en la torre cinco de la prisión se transformó rápidamente en un pavoroso incendio.
La cárcel de San Miguel está preparada para 1.100 reos, pero actualmente está ocupada por 1.961, una circunstancia que según el director de Gendarmería, Luis Masferrer Farías, "refleja la precariedad del sistema carcelario chileno".
"Se actuó oportunamente y con prontitud, pero tenemos una población de 1.900 internos", explicó Masferrer, quien añadió que desde que asumió el cargo, meses atrás, ha venido denunciando el hacinamiento y las precarias condiciones de la cárceles chilenas.
El ministro de Justicia, Felipe Bulnes, manifestó desde el lugar del siniestro que la principal preocupación de las autoridades en estos momentos son las personas lesionadas y entregar la identidad de los muertos a los familiares. "Después estudiaremos las responsabilidades de lo ocurrido", agregó.
Las autoridades destacaron el "trabajo espectacular de los gendarmes" para evacuar a los reclusos, "con riego de su propia vida y en condiciones muy precarias".
Los funcionarios de prisiones están ya trabajando con equipos de psicólogos y asistentes sociales para dar las explicaciones a las familias de los reos una por una.
"Queremos entregar información cierta y fidedigna, considerando la gravedad de los hechos", señaló el ministro de Salud en alusión a la angustia de los familiares que se agolpan en las afueras de la cárcel y que exigen a las autoridades conocer la identidad de las víctimas.
La mayoría de los heridos graves están afectados por quemaduras parciales en la piel y las vías respiratorias, mientras que algunos otros afectados se encuentran internados en media docena de hospitales de la capital. Las autoridades temen que el número de víctimas aumente dada la gravedad de los heridos por las quemaduras.
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