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El Gobierno turco anula un polémico protocolo que daba poder exclusivo a los militares

EFE

El ministerio del Interior de Turquía anuló hoy un polémico protocolo que daba poderes exclusivos a las Fuerzas Armadas turcas, informó la cadena de televisión NTV.

En su camino hacia la adhesión a la UE, Ankara ha reducido considerablemente el poder de los militares en Turquía, pero este estamento sigue aún interviniendo en la política y el Estado Mayor no se priva de comentar las decisiones del Ejecutivo.

El llamado Protocolo de Cooperación para la Seguridad y el Orden Público (EMASYA), firmado en 1997 entre ese ministerio y el Estado Mayor del Ejército, permitía a los militares recoger información y actuar contra lo que considerase "amenazas internas" sin ningún control de la administración civil.

"No puede ser que exista algo como el protocolo EMASYA", afirmó de forma contundente el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en una reunión con periodistas el pasado fin de semana.

Además, Erdogan adelantó que su gobierno revisará la política de seguridad nacional, en línea con las reformas que exige la Unión Europea para someter a los militares al control civil.

A pesar de que el polémico protocolo ahora anulado fue firmado en 1997, el debate sobre su contenido no se abrió hasta el mes pasado, cuando el diario liberal "Taraf" publicó documentos de las Fuerzas Armadas que detallaban un plan para un golpe de Estado en 2003.

Ese complot tenía como objetivo crear el caos en Turquía y derribar al Gobierno de Erdogan mediante atentados en mezquitas, el derribo de un avión militar turco en el Mar Egeo para forzar un enfrentamiento con Grecia y el encierro masivo de intelectuales críticos con el Ejército.

El plan, que está siendo investigado por la Justicia, fue firmado por ex altos cargos militares cuyos nombres también han sido asociados a otros planes golpistas descubiertos durante la investigación de la red Ergenekon.

Uno de ellos, Çetin Dogan, alegó que ese plan se trataba de un simple ejercicio sobre situaciones supuestas y dentro de la política de prevención de "amenazas internas" comprendidas por el protocolo.

Desde el inicio de la democracia en Turquía en la década de 1950, el Ejército ha intervenido en cuatro ocasiones (1960, 1971, 1980 y 1997) para forzar la caída de gobiernos democráticos.

El pasado 22 de enero, el Gobierno de Erdogan sufrió un duro golpe al anular el Tribunal Constitucional una reciente reforma que permitía juzgar al personal militar en tribunales civiles, a la vez que impedía a las cortes castrenses juzgar a civiles en tiempos de paz.

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