Golpe de mano en Caja Madrid

Innumerables han sido los intentos de Esperanza Aguirre por hacerse, por sí sola, con el control de Caja Madrid. No ha sido posible, por mucho que tuviera la capacidad de legislar. Finalmente ha decidido llegar a un acuerdo de gobernabilidad con otros grupos para intentar tomar las riendas de la entidad financiera.

Ayer consiguió ganar para su causa a IU, Comfia (la deferación estatal de servicios financieros de CCOO) y los independientes, aunque ello no le permite todavía hacerse con el control de la caja. Su intención ahora es ampliar ese pacto a otros grupos, especialmente el PSOE, al que podría ofrecer la tercera vicepresidencia que pretende crear en la entidad.

Los representantes del Ayuntamiento de Madrid no formarán parte, evidentemente, de este pacto. El resto de grupos (PSOE, UGT y CCOO de Madrid) todavía se lo están pensando, pero no les gustó nada que se les excluyera del acuerdo inicial. Ahora tienen menos posibilidades de sacar algún beneficio como ha hecho, por ejemplo, IU, al asegurarse que mantendrá una vicepresidencia pese a ser una fuerza minoritaria.

Por tanto, esta alianza tiene aún los pies de barro. Su utilidad depende en exclusiva de las fuerzas de izquierda, que serán las que decanten la balanza de la guerra personal que mantienen Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón en Caja Madrid. Eso si, finalmente, la dirección nacional del PP no impone orden en el partido regional y obliga a Ayuntamiento y Comunidad a votar unidos, algo que por el momento no ha decidido.

Si consigue un aliado más, Aguirre tendrá la mayoría en el Consejo de Administración de Caja Madrid durante los próximos seis años y podrá proponer al presidente de la caja, aunque no podrá nombrarlo directamente porque sus socios de gobierno tienen que darle el visto bueno. Así que si quiere conseguir su pretensión de desalojar de la presidencia a Miguel Blesa, tendrá que buscar un candidato de consenso. Deberá olvidarse, por tanto, de personas demasiado significadas con el partido, como Ángel Acebes o Estanislao Rodríguez Ponga.

Aunque en esta guerra no hay nada predecible. Hasta anteayer, los firmantes del pacto estaban contra Aguirre.