Este artículo se publicó hace 16 años.
Gómez dice que es una "víctima" del caso Malaya y niega su vinculación con Roca
El empresario cordobés Rafael Gómez se ha definido hoy como "una víctima" de la denominada "operación Malaya" contra la corrupción inmobiliaria y municipal en Marbella y ha negado cualquier vinculación con el principal procesado en el caso, Juan Antonio Roca.
En conferencia de prensa, Rafael Gómez ha subrayado que tiene "vinculación cero" con Roca y que esta supuesta relación "nunca ha sido", ya que se ha dedicado a "ser un empresario y nada más", por lo que ha lamentado que la unión de su nombre al del principal imputado en la "operación Malaya" sólo tiene como intención "hacer daño" a su familia y a su empresa, Arenal 2000.
Gómez, quien ha defendido su honestidad, ha explicado la forma en que llegaron hasta sus instalaciones del Parque Joyero más de 400 obras de arte intervenidas por la Policía Nacional y ha insistido en que estas piezas no eran de su propiedad y que desconocía que los titulares de las mismas tuvieran pendientes el pago de fianzas con la Justicia.
Ha asegurado que se enteró "por la prensa" de que en sus instalaciones "había más de 400 cuadros" y ha relatado que su intención era saldar una deuda con la Agencia Tributaria con estas obras de arte, que adquiriría a través de la permuta de bienes inmuebles con los actuales propietarios de las pinturas.
Así, ha indicado que Arenal 2000 tiene contraída una deuda con la Agencia Tributaria que no ha querido cuantificar, si bien ha apuntado que había alcanzado un acuerdo con Hacienda para abonar cada mes 1,5 millones de euros en concepto de este pago pendiente.
Sin embargo, ha afirmado que este pago mensual dejó de realizarse a partir de septiembre por problemas de liquidez de la empresa, de manera que barajó la posibilidad de saldar la deuda con obras de arte, ante la imposibilidad de que esta deuda se pudiera pagar con bienes inmuebles, motivo por el cual no saldó las cuentas pendientes con las arcas públicas de este modo.
De este modo, "se hizo un comentario a una persona que dijo que tenía pinturas y que estaba dispuesto a llegar a un acuerdo" para realizar la permuta de las piezas de arte por bienes inmobiliarios.
El empresario ha añadido que los propietarios comenzaron a traer las pinturas hace quince días, un traslado que no se realizó de modo oculto según ha subrayado y que se colgaron en las paredes de sus instalaciones en el Parque Joyero, con el objetivo de que los peritos del Ministerio de Cultura vinieran a tasar estas piezas.
"No había hablado de cuántos cuadros iban a traer, porque sabía que por muchos que trajeran, harían falta más" para zanjar la cuenta pendiente con la Agencia Tributaria, ha asegurado Gómez, tras afirmar que fue su empresa quien se puso en contacto con los peritos del Ministerio de Cultura para que vinieran a tasar los cuadros, a quienes incluso se le remitió un listado de 47 de las piezas que estaban en sus naves del Parque Joyero.
Rafael Gómez ha incidido en que las pinturas no eran de su propiedad, ya que sólo adquiriría aquéllas que los peritos del Ministerio de Cultura le indicaran como válidas para pagar su deuda.
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