Este artículo se publicó hace 15 años.
González urge a capitalizar ya el sistema financiero
El ex presidente del Gobierno Felipe González urgió ayer a emprender la capitalización del sistema financiero español para forzar así su reestructuración. “Las ayudas públicas van a ser enormes al final de este periodo, mejor es empezar cuanto antes”, dijo, consciente de la “mala prensa” que tiene el discurso de “salvar bancos, que no significa siempre salvar banqueros”. A su juicio, las resistencias a la capitalización pública van a provocar que, cuando remita la crisis, las entidades españolas “no se sentirán obligadas a reestructurarse”, de lo que saldrá un sistema financiero “más pesado y menos ágil”. “¿Hará falta decir esto en público dentro de un año?”, preguntó.
González pronunció ayer ante unas 700 personas la conferencia Crisis global y respuestas en el marco de unas jornadas de diagnóstico sobre la situación económica que celebra en Sevilla la Confederación de Empresarios de Andalucía, y en la que participará hoy el premio Nobel Paul Krugman y mañana el ex presidente del Gobierno José María Aznar. A juicio de González, acudir al rescate del sistema financiero debe ser “la primera prioridad”.
La fórmula propuesta empieza por preguntar “quién quiere invertir”. “Luego, lo que no cubra la inversión privada, que lo cubra el Estado, a precios de mercado, con un compromiso de devolver su participación” dentro de un plazo acordado de “tres o cuatro años, lo que convenga”.
El ex presidente diagnosticó la crisis como un mal producido por la expulsión de la vida económica del Estado por la ideología neoconservadora, en sintonía con los postulados más repetidos por los socialdemócratas. Pero el suyo no fue un discurso complaciente. Al margen de su siempre polémico llamamiento a un debate profundo sobre la energía nuclear (“diga lo que diga, mañana lo pondrán al revés”), González alertó de que la crisis es “sistémica”, pero no hay una alternativa al sistema, mucho menos “el caudillismo del siglo XXI con manguera de petróleo en las manos”. Su receta es una gobernanza global, “porque ahora sigue siendo local, nacional, y con medidas no coordinadas”.
También se mostró muy duro con la Unión Europea. Lleva “con angustia” su responsabilidad como presidente del Grupo de Reflexión sobre el Futuro de la Unión, porque ve cómo Europa limita su funcionamiento a reuniones “de unas horas de las que salen declaraciones de estado de ánimo”. “No se les paga por eso”, añadió, animando a las instituciones europeas a recoger el guante de Barack Obama, que, “por primera vez, ha dicho que Estados Unidos no puede solo”.
González evocó el ejemplo del presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, que fue el dirigente mundial que decidió no resignarse ante la crisis. El ex presidente recordó cómo la respuesta a la “amenaza” nazi durante los años 30 en forma de producción bélica provocó un resurgir económico, y trazó un paralelismo con la actualidad. “Que no se me entienda mal”, pidió. La guerra propuesta por González es “contra la pobreza, contra la enfermedad, contra el cambio climático”, de forma que surja un “aparato productivo alternativo”. Frente al ejemplo de Roosevelt, se reservó su propuesta más ácida para George w. Bush, al que abogó por darle “el Nobel por destruir más en menos tiempo”.
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