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"¿El Gran Wyoming? Yo no tengo televisor?"

"¡Qué le voy a pegar [a Tertsch]. Yo me lo encontré tirado en el suelo!", dice el presunto agresor

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Descendiente del general Narváez según sus parientes y consejero de una constructora familiar con 5,2 millones de euros de capital social, Ramón Narváez, de 49 años, hizo anoche a las 22.05 una entrada triunfal en su bar de la madrileña calle Lagasca. Este hombre corpulento pero no muy alto, de pelo cortado a cepillo, aire de boxeador y abrazo contundente es el mismo a quien el PP madrileño presentó como un airado radical que atacó a Tertsch influido por consignas de odio televisivo.

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Pero Ramón Narváez ni siquiera ve el programa de José Miguel Monzón en la Sexta: "¿El Gran Wyoming? Yo no veo la televisión, no tengo televisor, lo tiré al cubo de la basura". Rodeado de parientes, amigos y clientes de este local donde una bandera rojigualda aparece flanqueada por cornamentas, fotos de toreros, imágenes hípicas y retratos de Camarón, Narváez habló con Público un par de minutos.

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Los suficientes para negar la mayor: "¡Qué le voy a pegar [a Tertsch]. Yo me lo encontré tirado en el suelo!", exclama entre palmada y palmada este peculiar empresario a cuyos antecedentes por lesiones restaban ayer importancia sus íntimos. "Todo el mundo ha tenido una pelea de joven", justificaba un cliente. A su lado, un joven de jersey rojo sobre camisa celeste y zapatos castellanos, señalaba la clave: "¿Una agresión política? Si Ramón es de derechas".

El aludido, sin embargo, se declara apolítico. "Yo no soy de nada, soy de mi bar, de mi gente, de mis amigos". Y no quiere hablar más del asunto. El porqué lo ofrece él mismo: "Porque todo esto me parece vergonzoso, vergonzoso".

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