Este artículo se publicó hace 15 años.
La Guardia Civil desarticula una banda que introducía armas en el mercado negro
La Guardia Civil ha desarticulado una banda, integrada por cinco personas, que introducía armas de fuego de última generación en el mercado negro, según ha informado esta mañana el cuerpo en una rueda de prensa.
La banda estaba formada por cinco personas, dos de las cuales fueron arrestadas en Viladecans (Barcelona), otras dos en Castellón y el quinto, en calidad de imputado, se encuentra en La Rioja.
Las detenciones tuvieron lugar el pasado 3 de julio y mientras los dos detenidos de Viladecans han quedado en libertad con cargos, los dos de Castellón han ingresado en prisión.
La investigación comenzó cuando la Guardia Civil detectó que una armería de Viladecans adquiría un número importante de armas modernas y el 90% de las mismas eran de última generación, según ha explicado el portavoz de la Guardia Civil, Francisco José García.
Según este portavoz, "la adquisición de este tipo de armas no es ilegal pero sí que es extraño" porque, habitualmente, negocios como el de Viladecans comercializan armas antiguas, que se destinan a exhibición y exposición.
La investigación, bautizada como "Hierros" y que comenzó el pasado verano, ha permitido descubrir que los responsables de la armería compraban las armas y las inutilizaban para poder venderlas, que es el procedimiento habitual y legal.
"Después, las mandaban a un taller en Castellón donde se volvían a modificar permitiendo efectuar un fuego real", ha explicado Francisco José García.
El imputado de La Rioja es el propietario de una armería que también suministraba armas a los responsables de la armería de Viladecans.
En la operación se han incautado 78 armas de fuego, se han registrado tres domicilios y se ha procedido al desmantelamiento del taller donde las armas se devolvían a su estado original.
En este taller se ha intervenido un torno-fresadora, un equipo de soldadura eléctrica, brocas, barras y tubos de acero de diferentes calibres para fabricar cañones, así como una pistola detonadora.
Durante los últimos tres años, y siguiendo este procedimiento, se han introducido en el mercado negro más de 3.000 pistolas, según el portavoz de la Guardia Civil.
El cuerpo armado investiga ahora los delitos de sangre que se han cometido con estas armas, entre los que se podría encontrar el asesinato del director del Centro de Convenciones de Barcelona, Félix Martínez Touriño.
El portavoz de la Guardia Civil ha asegurado que existen indicios que apuntan que con estas armas se han cometido crímenes tanto en España como en el extranjero aunque, de momento, los investigadores no pueden añadir ningún detalle más porque hay un procedimiento judicial abierto.
Este portavoz ha insistido en que "todas las personas que participaban en la trama, de nacionalidad española, han quedado detenidas" y se descartan más detenciones.
"La banda está desarticulada y la operación cerrada desde el punto de vista del suministro de material y armas", ha dicho Francisco José García, quien ha recordado que se continúan investigando los delitos que se han podido cometer con estas armas.
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