Este artículo se publicó hace 13 años.
La guerra contra el euro se ceba con Francia
Su prima de riesgo marca su máximo histórico al superar los 168 puntos
Primero vinieron contra los griegos, pero, como no éramos griegos, no hicimos nada. Después vinieron contra los irlandeses, pero, como no éramos irlandeses, no hicimos nada... El ataque de los mercados contra el euro hace casi inevitable recurrir a la famosa letanía, por tantos atribuida al dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Y tal vez sean sus propios compatriotas los que tengan que entonar el " Finalmente vinieron por mí y no había nadie para protestar".
Y es que, una vez que los especuladores tienen acorralados a los países de la periferia del euro, han comenzado a desplegar su artillería contra el centro mismo de la moneda única.
Ya habían intentado una incursión en el brote de pánico bursátil que se vivió en agosto, pero ayer el bombardeo fue mucho más feroz. La presión sobre la deuda pública francesa disparó la prima de riesgo gala hasta los 168 puntos básicos por primera vez en la historia.
El problema de entrar en el foco de la batalla es que comienzan a importar aquellos datos en los que nadie parecía haber reparado. Por ejemplo, que la deuda de Francia es la quinta mayor (en volumen) de todo el planeta (1,5 millones de euros, el 82% del PIB). Y hasta se es víctima de grandes errores, como el que cometió la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's, que, por "un fallo informático", quitó la triple A al país con la consiguiente debacle en las bolsas europeas, que hasta ese momento parecían tranquilizarse con los cambios de gobierno anunciados en Grecia e Italia.
Los daños colaterales llegaron también a Bélgica e incluso a Austria. Ayer, la prima de riesgo de ambos también superó máximos históricos en 271 y 156 puntos, respectivamente.
Mientras, la defensa, el Banco Central Europeo, estaba centrada en sofocar el ataque periférico. El BCE sí salió ayer con más potencia que otros días a comprar bonos de España y sobre todo de Italia en el mercado secundario. Con ello consiguió rebajar la prima de riesgo italiana 40 puntos, hasta 510 puntos, e hizo bajar la rentabilidad del bono a diez años hasta el 6,8%, frente al 7,2% que había llegado a alcanzar el miércoles. El efecto de la intervención en España apenas se notó. La prima de riesgo cayó un punto, a 408 puntos, y el tipo de interés apenas se movió del 5,8%. Esa diferencia fue lo que justificó una ligera subida de la Bolsa italiana del 0,97%, frente a la caída del Ibex 35 del 0,36%. Aunque, en general, tras muchos vaivenes, el cierre de las principales bolsas europeas fue muy plano.
"Estas intervenciones en el mercado secundario no están sirviendo para nada. El mercado sabe que no tiene rival, por eso pega y sigue pegando", asegura Ignacio Cantos, director de inversión de Atlas Capital. Se suma así a la tesis defendida por una amplia mayoría de expertos en el mercado que claman para que el BCE actúe con toda la potencia de la que dispone un banco central. "Seguro que serviría con el mero anuncio de que va a imprimir el dinero que haga falta para mantener las primas de riesgo en un nivel coherente", augura Cantos.
Pero la oposición de Alemania lo impide y, mientras, el negocio continúa: el mercado exigió a Italia el tipo de interés más alto desde 1997, el 6,2%, por colocar los 5.000 millones de euros previstos (la demanda fue de 9.500 millones) en bonos a dos años. Hace un mes apenas había pagado un 3,5%.
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