Este artículo se publicó hace 15 años.
"Sin la guerra en mi país, yo no sería libre"
La escritora Tahmina Anam debuta con un libro inspirado en la secesión de Bangladesh
"Soy vagabunda, artista sin casa fija". Tahmina Anam habla metafóricamente, aludiendo a una infancia itinerante de país en país. Su padre, un reconocido periodista bangladeshí, trabajaba para la ONU y la familia Anam hacía las maletas cada pocos años. "Mi corazón siempre estará en Bangladesh. Me mudé a Londres hace cinco años y me encanta la ciudad, tan caótica y vibrante. El mundo entero se concentra en sus barrios. Le tengo mucho apego a Londres. Aquí me hice escritora y es el lugar perfecto para una artista", dice en un distintivo acento estadounidense.
En Londres escribió su debú literario, Días de amor y de guerra (RBA), que ha cosechado el premio Commonwealth de escritores noveles. La novela narra las vicisitudes de una viuda, sus dos hijos y vecinos durante la guerra de independencia de Bangladesh, en 1971. Anam nació en la capital del nuevo estado, Dhaka, cuatro años después, pero rememora la brutal experiencia como si hubiera participado personalmente en el alzamiento contra el Ejército paquistaní. "Siempre me ha interesado la revolución. Mis padres la vivieron y yo crecí escuchando historias de la guerra. No lo siento como algo del pasado, sino como un capítulo de la historia de mi país del que yo también formé parte".
"Sólo hace falta que los políticos dejen de pelearse y sean menos corruptos"Los personajes y la trama surgen de los recuerdos familiares y de conversaciones que Anam mantuvo con cientos de madres, estudiantes, granjeros, refugiados y otros testigos del mayor genocidio de la historia asiática. "Les dejaba hablar sin hacerles ninguna pregunta. Conocí a todo tipo de gente y con todos ellos construí los personajes de la novela", recuerda en un café de su barrio londinense.
Lidiar con la contradicción
Con la protagonista, Rehana, siente una conexión especial. "Está inspirada en mi abuela. Era viuda y permitió que su casa se convirtiera en uno de los centros de la resistencia. Rehana no es la típica revolucionaria y, como el resto de la humanidad, se ve atormentada por emociones y deseos contradictorios. Haría cualquier cosa por sus hijos. Son el centro de su vida y para protegerles actúa de formas insospechadas".
"Siempre me ha interesado la revolución, no es algo del pasado"Pocos se salvan de la represión paquistaní y las relaciones familiares y vecinales sufren tremendos vuelcos. También Rehana reequilibra su centro de gravedad y, como explica su creadora, "toma conciencia de su propio destino". "Rehana cambia mucho a medida que avanza la novela. Es una mujer que se dejaba llevar por los acontecimientos hasta que se involucra activamente y adquiere poder sobre su vida".
La escritora describe Bangladesh como "un país calamitoso y turbulento". "Han sucedido cosas muy terribles, pero hoy día hay buenas perspectivas de cambio. La economía ha mejorado en los últimos cinco años y acabamos de elegir a un gobierno muy progresista. Existe un genuino potencial de transformación. Sólo hace falta que los políticos dejen de pelearse entre sí, sean menos corruptos y enfoquen sus esfuerzos en dirigir el país".
El pueblo liberadoLa liberación del pueblo bangladeshí aporta el contexto a Días de amor y de guerra. La novela arranca en marzo de 1971, con la entrada de los tanques paquistaníes y la matanza de estudiantes de la Universidad de Dhaka. Nueve meses después, el Ejército represor pide la rendición. "No apoyo las guerras en general, pero debo mi libertad a los que lucharon por la independencia de mi país. Ojalá se hubiera conseguido sin derrames de sangre ni tanta tragedia, pero no fue posible, y me siento muy agradecida. Sin esa guerra, no sería libre, sino ciudadana colonizada".
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