Este artículo se publicó hace 15 años.
Guinea Bissau vota en calma para elegir a un nuevo jefe de Estado
Guinea Bissau votó hoy en calma para elegir a un nuevo presidente que sucederá a Joao Bernardo "Nino" Vieira, asesinado en marzo pasado, y tras una campaña que podría haber terminado en el caos después de los asesinatos de uno de los candidatos y un ex ministro del Gobierno.
Vieira fue muerto a tiros por un grupo de soldados el 2 de marzo, aparentemente, en venganza por la muerte -el día anterior en un atentado con coche bomba- del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Guinea Bissau, el general Tagme Na Wai.
Los incidentes dejaron a Guinea Bissau, uno de los estados más inestables y pobres de África occidental, en una situación de confusión total y amenazaron con retrotraer al país a la serie de asonadas y golpes miliares que lo han caracterizado desde su independencia de Portugal en 1974.
Once candidatos quedaron en la carrera electoral después de que el 5 de junio el independiente Baciru Davo fuera muerto a tiros por soldados, que lo acusaron de participar en una supuesta conjura para tomar el poder mediante un golpe de Estado, y otro se retirara de la contienda debido a la falta de seguridad personal.
El mismo día fue asesinado por los militares, el ex ministro de Defensa del país Helder Proença, mientras que el ex primer ministro Faustino Fudut Imbali resultó gravemente herido de bala, también por un grupo de soldados.
Ambos fueron acusados por el Gobierno de estar involucrados en la supuesta intentona golpista.
Pese a la violencia que empañó la campaña, la votación se desarrolló sin contratiempos y comenzó a la hora prevista (07:00 hora local y GMT), tanto en la capital, Ciudad Bissau, como en el interior del país, donde decenas de personas formaron colas desde temprano en los centros electorales.
Malam Bacai Sanha, candidato del gobernante Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) y Kumba Yala, líder del Partido de la Renovación Social (PRS) se perfilan como los favoritos de estos comicios.
Ambos se enfrentaron en 2000 en una segunda ronda que ganó Yala, cuyo mandato fue interrumpido por un golpe de estado militar en 2003.
Henrique Rosa Pereira, un empresario y ex presidente interino de 2003 a 2005, se ha presentado como independiente "con posibilidad de sorprender", según algunos comentaristas.
Por su parte, el ex primer ministro, Aristides Gomes, del Partido de la Reforma para la Independencia y el Desarrollo (PRID), es considerado el candidato "árbitro" en caso de una segunda vuelta entre los dos aspirantes más votados si ninguno logra una mayoría de más del 50 por ciento de los sufragios.
Tras votar en la capital, el presidente interino, Raimundo Pereira, instó a sus conciudadanos a "votar en masa", puntualizando al respecto la importancia de estas elecciones en el futuro del país, inmerso desde hace más una década en una profunda crisis política.
Pereira dijo a los medios de comunicación regionales que la prioridad del presidente que surja de estas elecciones debe ser "el diálogo para favorecer la reconciliación nacional".
Unos 150 observadores internacionales, entre ellos 21 enviados por la Unión Europea, supervisan la votación de los estimados 600.000 electores en más de 2.500 colegios abiertos en todo el país.
Tras el cierre de los colegios comenzará inmediatamente el escrutinio de los voto, aunque el anuncio de los resultados podría tardar varios días.
Los observadores políticos han cuestionado la actitud de los militares frente a los comicios, aunque el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, capitán de fragata Zamora Induta, aseguró la semana pasada que las mismas son "totalmente neutrales" y no favorecen a ninguno de los candidatos.
Otra fuente de inquietud es el papel cada vez más influyente del narcotráfico en este pequeño país africano, convertido en centro de paso de cargamentos de cocaína desde Sudamérica hacia Europa, según la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (ONUDC).
La delegación de la ONUDC en África occidental, con base en Dakar, denunció en un informe reciente que en esas actividades delictivas están implicados militares y altos cargos políticos de Guinea Bissau y manifestó su temor de que el país pueda quedar bajo control de los narcotraficantes.
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