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¿Qué hacemos con el hambre?

La ONU exige a las grandes economías mundiales que coloquen la agricultura en el centro de la agenda política para erradicar el problema. 20 millones de personas padecen 'hambre severa' con peligro de muerte inmediata

AGENCIAS

La combinación de crisis alimentaria y recesión económica mundial ha empujado a más de 1.000 millones de personas al hambre en el 2009. Según varios organismos de la ONU, el hambre debe ser combatida con un renovado apoyo a la agricultura y las redes de distribución locales, idea que también comparten las principales ONG que han analizado este fenómeno con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Hambre.

Acción contra el Hambre, ha presentado un informe titulado ¿De qué se alimenta el hambre? en el que analiza el impacto de la crisis económica y el aumento de los precios de los alimentos que ha resultado en el 'agravamiento de una situación ya crónica' de hambre en el mundo.

Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en un sólo año, el número de personas amenazadas por el hambre ha pasado de 963 a 1.020 millones, en su mayoría mujeres y niños que sobreviven con menos de un dólar al día.

'De ellos, 20 millones padecen 'hambre severa' con peligro de muerte inmediata', ha advertido hoy el director general de Acción contra el Hambre, Olivier Longué, en el acto de presentación del estudio que destaca que esta situación se produce en un momento en que la producción de alimentos ha alcanzado máximos históricos.

En un sólo año, el número de personas amenazadas por el hambre ha pasado de 963 a 1.020 millones

'Ya no se trata de una falta de alimentos, sino de una falta de acceso a los alimentos', como demuestra el hecho de que la mayoría de quienes pasan hambre se dedican a la agricultura, ha asegurado.

Para Pérez Armiño, la política económica neo-liberal de las últimas décadas 'es la base del fracaso de las políticas de lucha contra el hambre' ya que ha resultado en que los Gobiernos pierden influencia en este sector que queda a merced del mercado y bajo el control de grandes multinacionales.

Todo ello ha resultado en que los consumidores de países en desarrollo no se pueden permitir pagar el precio de los alimentos y adoptan estrategias de supervivencia como comer menos, vender sus escasas posesiones, endeudarse o emigrar, que a la larga no harán sino exacerbar el problema, han advertido.

'Es imprescindible volver a poner la agricultura en el centro de la cooperación y de la agenda política'

Ante este panorama, 'es absolutamente imprescindible volver a poner la agricultura en la centralidad de la cooperación y de la agenda política', ha defendido el jefe del departamento de Cooperación Multilateral de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), José Moisés Martín.

'El número creciente de personas hambrientas es intolerable', dijo el director general de la FAO, Jacques Diouf, en la presentación anual sobre el hambre en el mundo.

'Tenemos los medios técnicos y económicos para hacer desaparecer el hambre, lo que falta es una voluntad política más fuerte para erradicar el hambre para siempre', explicó Diouf.

Antes incluso de la combinación reciente de crisis alimentaria y recesión, el número de desnutridos ha ido creciendo de forma sostenida durante una década, revirtiendo los progresos de la década de 1980 y principios de la del 1990.

Los países que integran el Grupo de los Ocho prometieron en julio 20.000 millones de dólares en tres años para ayudar a las naciones pobres a alimentarse, señalando un nuevo foco en el desarrollo agrícola a largo plazo.

La FAO y el PMA instan a abordar el problema desde dos enfoques, diciendo que una inversión a largo plazo en desarrollo de la agricutura no debería llegar a expensas de las iniciativas a corto plazo para luchar con las hambrunas espoleadas por repentinas escaseces de alimentos.

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