Este artículo se publicó hace 14 años.
Hay que alejar a los menores de las pantallas, según un estudio
Los padres que no dejan ver a sus hijos demasiada televisión o sentarse durante horas delante del ordenador se han visto respaldados por un estudio que vincula un tiempo excesivo de uso de "pantallas" con problemas para relacionarse.
Los hallazgos del estudio, publicados en la edición de marzo de la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, deberían consolar a los padres que se sienten culpables por privar a sus hijos del entretenimiento del que sus compañeros están disfrutando, según la principal autora, la doctora Rose Richards, de la Universidad de Otago.
"Nuestros descubrimientos dan cierta certeza de que es bueno limitar el tiempo de televisión", declaró. "De hecho, puede resultar en relaciones más fuertes entre la gente joven, sus amigos y sus padres".
El trabajo estuvo basado en el Estudio Multidisciplinar de Salud y Desarrollo de Dunedin y el Estudio de Estilo de Vida de la Juventud, llevados a cabo por la universidad en la década de 1980 y después en 2004.
Aunque los estudios están distanciados por 16 años y la naturaleza del entretenimiento basado en pantallas ha cambiado, el vínculo con las relaciones familiares parece ser el mismo.
"En los ochenta, no había muchísimas opciones por ahí, así que la gente veía televisión, pero ahora hay un montón de pantallas que la gente joven puede mirar durante horas", dijo Richards a Reuters.
"Descubrimos que mirar cualquier pantalla durante mucho tiempo es perjudicial y aconsejamos a los padres atenerse al límite de tiempo recomendado de menos de dos horas de uso de pantallas al día".
El Estudio de Estilo de Vida de la Juventud involucró a 3.043 adolescentes de Nueva Zelanda de entre 14 y 15 años. Los jóvenes completaron un cuestionario confidencial sobre sus hábitos en el tiempo libre, así como una evaluación de su apego a padres y amigos.
Los investigadores también evaluaron las respuestas a entrevistas de 976 miembros del Estudio de Dunedin, que tenían 15 años entre 1987 y 1988.
"En ambos estudios, descubrimos que una alta exposición a la televisión, o incluso al ordenador, estaba relacionada con problemas a la hora de relacionarse", dijo Richards, añadiendo que unas relaciones fuertes con padres y amigos eran importantes para el sano paso de los adolescentes a la edad adulta.
"Con el rápido ritmo de evolución de las tecnologías basadas en pantallas, se necesita más investigaciones para supervisar el efecto que están teniendo en el bienestar social, psicológico y físico de los jóvenes", declaró.
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