Este artículo se publicó hace 16 años.
La Haya culpa de desacato a una ex portavoz
El tribunal de crímenes de guerra para la antigua Yugoslavia halló el lunes culpable a una ex portavoz por desvelar información confidencial relacionada con el juicio al ex presidente serbio Slobodan Milosevic.
Florence Hartmann, ex periodista francesa que cubrió la guerra de los Balcanes, fue acusada de desacato tras publicar información en un libro en 2007 y en un artículo en 2008, violando una orden del tribunal.
"La cámara está satisfecha con que la fiscalía mostrara, más allá de la duda razonable, que la acusada interfirió a sabiendas y de forma premeditada en la administración de justicia", dijo Bakone Moloto, juez del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia.
"La cámara ha encontrado que la conducta de la acusada pudo disuadir a los países soberanos a cooperar con el tribunal en lo que a la provisión de material de prueba se refiere", dijo Moloto.
Hartmann, que trabajó como portavoz de la fiscalía del tribunal entre 2000 y 2006, fue hallada culpable de dos cargos de desacato y multada con 7.000 euros. La pena máxima para este cargo era de siete años de cárcel y/o una multa de 100.000 euros.
Moloto dijo que el tribunal había tenido en cuenta que algunas informaciones publicadas por Hartmann se habían hecho públicas ya antes de que ella las sacara, pero dijo que su divulgación podría haber interferido gravemente en el procedimiento judicial.
El tribunal no dio más detalles sobre el caso, relacionado con decisiones confidenciales de la cámara de apelaciones en el caso de Milosevic, que falleció en 2006 durante su juicio por crímenes de guerra.
Los abogados de la defensa de Hartmann argumentaron que ella sólo había desvelado información que ya era de conocimiento público antes de la publicación de su libro y artículo.
En sus escritos, Hartmann dijo que la información sobre el supuesto papel de las instituciones estatales serbias en el genocidio de Srebrenica en 1995 no fue hecha pública durante el juicio a Milosevic porque los jueces habían garantizado, a petición serbia, que el material seguiría siendo confidencial.
Alegó que el propósito de la decisión de los jueces era proteger a Serbia de la responsabilidad del Tribunal Internacional de Justicia ya que una acusación de genocidio hubiera tenido "enormes consecuencias políticas y económicas para Serbia".
En un caso presentado por Bosnia, el Tribunal Internacional de Justicia dictaminó en febrero de 2007 que la masacre de 8.000 varones musulmanes a manos de las fuerzas serbobosnias en Srebrenica constituyó un genocidio, pero Serbia no podía considerarse responsable de los asesinatos masivos, ni de complicidad.
Una sentencia a favor de Bosnia hubiera permitido que el país buscara compensación serbia.
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