Este artículo se publicó hace 17 años.
Los Héroes añadieron un último capítulo a su leyenda
Los Héroes del Silencio añadieron esta noche un capítulo a su leyenda en un emotivo concierto que puso fin a su gira de reencuentro y que hizo vibrar a los más de 80.000 seguidores que se agolparon en el aparcamiento del circuito Ricardo Tormo de Cheste.
La banda aragonesa, la más internacional de todas las formaciones españolas de rock, se despidió con un intenso aunque agridulce "hasta siempre" de los cientos de miles de personas que han seguido tanto en España como en Iberoamérica su reaparición tras once años de silencio.
"Vosotros nos habéis hecho sentir grandes, especiales y queridos en esta gira", aseguró emocionado Enrique Bunbury en su despedida como líder de los Héroes del Silencio. "Vosotros habéis hecho posible que podamos tocar en lugares como este".
El último recital de los aragoneses empezó con los acordes de "El estanque" y fue cobrando fuerza con temas como "Entre dos tierras" o "Maldito duende", aunque también hubo huecos para otras canciones más íntimas, fue el caso de "Oración" o "Fuente esperanza", una de las preferidas de Bunbury, según confesó.
Lejos de su habitual estética oscura, la que lució en todo momento el vocalista de Héroes, el concierto de hoy ofreció todo un derroche de imágenes, proyecciones y efectos especiales. Una grandiosa puesta en escena que no tuvo nada que envidiar a las de las grandes bandas internacionales de Rock and Roll.
Arropados por sus fans más incondicionales, con una trabajada puesta en escena y un sonido demoledor, los Bunbury, Valdivia, Cardiel y Andreu tomaron posesión del escenario para iniciar una singular ceremonia de retroceso en el tiempo, un extraño rito en el que el inconfundible sonido de la guitarra de los Héroes llevó la voz cantante.
No sólo los Héroes del Silencio revivieron hoy su leyenda, sino que también permitieron al respetable pasar a formar parte de ella, le invitaron a su particular liturgia y el público respondió encantado, como necesitado de revivir viejas sensaciones.
La desbordante figura de Enrique Bunbury pareció replegarse, aunque no su voz, para cantar desde lo más profundo de su alma con mirada perdida y poner los vellos de punta a todos los que le escuchaban.
La comunión con el público fue perfecta en todo momento, de modo que a los fans sólo les faltó corear la presentación de los músicos. Una a una, cada canción fue seguida e identificada desde el primer acorde, aunque muchos no pudieron hacerlo debido al nudo en sus gargantas.
Los viejos "hits" de los Héroes se sucedieron uno tras otro (Deshacer el mundo, Bendecida, La sirena varada, Opio, La herida, Apuesta por el rock and roll, Héroe de leyenda, Con nombre de guerra, Avalancha o Tumbas de sal) para deleite de un incansable público que obligó a la banda a reaparecer hasta en tres ocasiones.
El repertorio fue, hoy más que nunca, un verdadero repaso a la historia de la banda de rock española más internacional de todos los tiempos, nacida hace 24 años, con temas populares y archiconocidos pero también con alguna que otra extrañeza, piezas poco interpretadas en directo, muy del gusto de Bunbury.
Los Héroes del Silencio eligieron "En los brazos de la fiebre" como punto y final a su exitosa gira y se despidieron con un colorista espectáculo de fuegos artificiales, la campana que marcó el final del trayecto.
Con este concierto concluyó la gira española que comenzó los días 10 y 12 de octubre en Zaragoza (estadio de La Romareda) y continuó el 20 en Sevilla (estadio Olímpico de La Cartuja).
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