Fueron "Héroes sin armas", fotógrafos pioneros y valientes que captaron algunas de las mejores y más emocionantes imágenes de la Guerra Civil y que después de la contienda fueron, en su mayoría, depurados, o pagaron, con los vencedores, el "desgarro de las amistades rotas".

El documental "Héroes sin armas", producido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), fue presentado hoy por su presidenta, Soledad López, y una de sus directoras, Marta Arribas, y revela por primera vez la labor de cuatros de estos fotógrafos: Alfonso, Luis Marín, Pepe Campúa y José María Díaz Casariego, cuyo archivo fue adquirido por la Agencia EFE a su viuda.

La laboriosa investigación de la que es fruto el documental, primera producción en la que colabora La Fábrica y que ha dirigido también Ana Pérez de la Fuente, ha permitido recuperar algunas de estas imágenes que se hacen públicas por primera vez.

Podrán verse mañana en el estreno en la Academia de Cine, en un maratón especial programado por la SECC, en el que se proyectarán otras de sus producciones, con motivo de La Noche de los Libros.

"Es un testimonio imprescindible para saber quiénes somos, qué merecía la pena acercar al gran público -dijo Soledad López-, y con el que la SECC cumple dos de sus premisas: llegar al máximo número de ciudadanos y fomentar las nuevas formas de comunicación, como el cine; por ello ha producido 13 documentales en lo va de año y lo terminará con ocho más y un largometraje de la Gran Vía".

"Fueron, de verdad -añadió Soledad López-, héroes sin armas, que, con unas cámaras imposibles de grandes, captaron fotos espléndidas de la República, la construcción de Madrid y el estallido de 1936, las cuales al final de la guerra sirvieron de pretexto para que fueran perseguidos y sus materiales destruidos"

"Muchos españoles tuvieron que ocultase, guardar silencio... Los fotógrafos ocultaron sus negativos en maletas, paredes, dobles tabiques... y ahí ha quedado un fragmento de realidad sin maquillaje de esos años, que permite recuperar ese tiempo pasado para no repetirlo", concluyo.

La película va acompañada de una publicación en la que se reproducen muchas de las imágenes del documental de Marta Arribas y Ana Pérez de la Fuente, autoras también de "El tren de la memoria" y "Cómicos".

"Estos cuatro fotógrafos, que en los años veinte eran populares y conocidos como los héroes del reportaje gráfico, demuestran que en España no sólo fotografiaron la Guerra Civil Capa, Gerda Taro y Seymour Chim. Hemos tenido nuestros Capa -dijo Marta Arribas-, fotógrafos con un nivel artístico y testimonial altísimo".

La hija y el nieto de Luis Marín, uno de los mejores fotógrafos del principios del siglo XX, famoso por sus fotos del comienzo de la era de la aviación, recordaron en la presentación que el archivo, cuyo valor ignoraban, estuvo durante años conservado en su casa, en cajas apiladas, detrás de la puerta de la cocina.

"Alfonso, el fotógrafo más conocido, lo guardó en el sótano de su estudio de retratos -contó Marta Arribas- y dijo que se había quemado en un bombardeo para que no sirviera de prueba de ninguna delación o fuera destruido. Fue rehabilitado en 1953, pero ya no volvió a ejercer como reportero gráfico".

Pepe Campúa terminó la guerra con los vencedores; su padre apareció en la calle con un tiro en la cabeza un día después de ser llevado a la "checa" de Fomento en la Guerra Civil. Él huyó y se incorporó a la Oficina de Propaganda como corresponsal de guerra en el bando franquista, pero también guardó sus fotografías en un sótano.

Díaz Casariego, con un claro compromiso con la causa republicana, fue condenado a muerte, pero como había fotografiado la guerra de Marruecos y conocía a Franco y Mola, fue indultado.

"El indulto -explicó Marta Arribas- lo llevaba siempre en la cartera, en Madrid y lo enseñaba, pero se le prohibió seguir siendo reportero y terminó sus días en la Hemeroteca Municipal, en el servicio de microfilm, en donde han aparecido 800 placas de cristal".