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Herrero y Rosell, dos balas en la recámara

Primeros movimientos ante un eventual proceso de sucesión

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No es fácil encontrar fisuras en el aparente apoyo monolítico de los dirigentes de CEOE a Gerardo Díaz Ferrán. Pero las hay. Tras el discurso oficial, se esconden agendas no siempre coincidentes con la del presidente de la patronal.

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Aunque la impresión general en la organización es que es pronto para hablar de un proceso de sucesión (al fin y al cabo, Díaz Ferrán lleva sólo desde mayo de 2007 y fue reelegido en abril de este mismo año), también se admite la posición de debilidad del presidente y ya hay algunos movimientos subterráneos para el supuesto de que sus problemas empresariales le obliguen a dejar el cargo.

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Los nombres más citados internamente en ese supuesto son los de los vicepresidentes Joan Rosell y Santiago Herrero, presidentes respectivos de Foment del Treball y de la Confederación Empresarial de Andalucía, dos de las organizaciones territoriales más potentes. Ambos ya han coqueteado en varias ocasiones con la presidencia de la patronal (Herrero optó de hecho a sustituir a José María Cuevas en 2007, en competencia directa con Díaz Ferrán) y las buenas relaciones entre ellos dan pie a pensar, según algunas fuentes de CEOE, en la existencia de una posible alianza para sustituir al actual presidente en caso de necesidad.

El caso de Herrero es especialmente significativo porque inicialmente abanderó las posiciones críticas a la gestión de Díaz Ferrán, junto al ahora caído en desgracia Jesús Bárcenas, presidente de Cepyme. Sin embargo, Díaz Ferrán supo ganárselo para su causa ofreciéndole la presidencia de la siempre influyente Comisión de Relaciones Laborales de la patronal. Herrero le mostró agradecimiento manteniéndose al margen del conflicto entre Díaz Ferrán y Bárcenas, pese a su afinidad inicial con las posiciones de este último.

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Además, Herrero ha defendido con ardor la línea dura de la patronal en las negociaciones del Gobierno y sindicatos, aunque en Andalucía ha promovido siempre una política pactista en el diálogo con los agentes sociales.

Las aspiraciones de Joan Rosell son también evidentes. Tradicionalmente, la catalana Foment del Treball Nacional, que él preside, ha mantenido respecto a CEOE una posición de cierto distanciamiento. Llegó incluso a automarginarse de los órganos de dirección de la patronal durante dos años. Pero Díaz Ferrán restableció la normalidad y Rosell nunca ha ocultado su objetivo de influir decisivamente en la organización. Algunas fuentes, incluso, creen que su nombre estaría bien visto en el Gobierno por su talante moderado y pragmático. Rosell alberga también la esperanza de colocar a uno de los suyos al frente de Cepyme en sustitución de Bárcenas. Se trataría de Eusebi Cima, presidente de Fepime, la organización de pequeñas y medianas empresas integrada en Foment.

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José Antonio Segurado

El veterano Segurado, que tiene a sus espaldas una larga trayectoria política y empresarial, no es vicepresidente ni está en el comité ejecutivo de CEOE, sólo tiene plaza en la diluida junta directiva de la patronal. Pero su influencia en el terreno de las ideas es evidente. Su ideología ultraliberal está detrás de las propuestas más descaradas para abaratar el despido en España.

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David Taguas

La opinión del presidente de Seopan, la patronal de las grandes constructoras, tiene un peso importante en la organización. Su doble condición de representante del sector de la construcción y de ex director de la Oficina Económica de Moncloa lo convierten, en opinión de muchos, en una bisagra que puede ayudar a mejorar las difíciles relaciones entre CEOE y el Gobierno.

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Jesús Terciado

Jesús María Terciado es un gran desconocido para la opinión pública, pero pronto dejará de serlo. Díaz Ferrán se ha empeñado en que el presidente de la Confederación de Empresarios de Castilla y León sea el que sustituya a Jesús Bárcenas al frente de Cepyme. El viernes, proclamó públicamente su intención de presentarse a las elecciones de mayo. Pero quizás no sea el único.

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Elías Aparicio

El secretario general de Cepyme es uno de los últimos vestigios de la era de Cuevas. Ante su creciente marginación, lleva tiempo anunciando su deseo de irse y su salida está cantada. Pero hay expectación interna por saber cómo se concretará su marcha, tras el escándalo que supuso el millonario despido del anterior secretario general de CEOE, Juan Jiménez Aguilar.

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