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Los hinchas franceses creen que su selección ha tocado fondo

Reuters

Era la hora del aperitivo el domingo en las terrazas de Maubeuge y a los clientes, que no estaban felices, les costaba digerir el último episodio de la telenovela de la selección francesa de fútbol en la Copa del Mundo de Sudáfrica.

Alain, Marie, François, Sebastien y sus amigos habían visto el partido de Italia ante Nueva Zelanda en la pantalla gigante de la televisión de un café ubicado en el distrito 9 de París, a los pies de la colina de Montmartre.

El empate 1-1 debería haber dejado satisfechos a los franceses, después de que Italia derrotara a Francia en la final de la Copa del Mundo de 2006, en el partido en que Zinedine Zidane fue expulsado por un memorable cabezazo a un rival.

Sin embargo, la noticia que aparecía en la parte inferior de la pantalla les arruinó el deleite.

"Los entrenamientos se pararon después de una pelea entre el capitán Patrice Evra y el preparador físico", "Jugadores franceses dejan de entrenar en apoyo a Nicolas Anelka" y finalmente "Renuncia el jefe de equipo de Francia", fueron los mensaje que pudieron leer los presentes.

"Han tocado fondo. Están jugando mal, se están comportando como un grupo de niños malcriados", dijo François, un estudiante parisino.

Por su parte, Alain dijo que la Copa del Mundo había terminado para su país.

"Lo mejor que se puede hacer es que vuelvan a casa por su cuenta, incluso a pie. Ya es suficiente y espero que sean sancionados para que no jueguen con Francia el resto de sus carreras", comentó.

CAUSA PERDIDA

Era difícil encontrar a alguien con una buena impresión sobre "Les Bleus", pero Marcel, ebanista jubilado sentado en la mesa del lado, trató de interpretar ese papel.

"Son buenos jugadores. Hace dos semanas, todas las opiniones contrarias eran para (el entrenador) Raymond Domenech, pero había alabanzas para (Franck) Ribéry, (Thierry) Henry, (Hugo) Lloris, (Florent) Malouda e incluso para Anelka", dijo.

"Están bajo mucha presión y puedo entender que se sientan traicionados por los medios de comunicación después de su primer partido y aún más después del titular de (el diario deportivo francés) L'Equipe (sobre los insultos de Anelka a Domenech)", agregó.

Marcel encontró poco apoyo al menos en este café en un oscuro domingo.

"Todos están podridos. Tratan a las mujeres como juguetes sexuales, cambian a sus esposas en un abrir y cerrar de ojos", dijo Marie, una rubia de 28 años, quien dijo que se convirtió en un hincha del fútbol cuando Francia ganó la Copa del Mundo de 1998.

"Ahora estoy decepcionada, me siento traicionada y no sólo por los jugadores franceses sino también por los ingleses, italianos y españoles, por las llamadas estrellas del fútbol (...) Ganan millones y jugar para su país no es nada para ellos", concluyó.

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